La Cárcel La Modelo, conocida por ser una de las instituciones penitenciarias más peligrosas del país, se encuentra en el centro de la atención una vez más tras el asesinato del coronel de la Policía, Élmer Fernández, el pasado 18 de mayo de 2024.
Este crimen, presuntamente ordenado por el infame alias Pedro Pluma, ha dejado un vacío de autoridad que demanda ser llenado con urgencia. En respuesta a esta situación, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) ha confirmado la designación de un nuevo director, quien deberá enfrentar el desafío de restaurar el orden en este centro de reclusión, sumido en una atmósfera convulsa por tan atroz suceso.
Responsabilidad
Según información proporcionada por el Inpec, el mayor Édgar Iván Pérez será el encargado de dirigir el penal, asumiendo así la responsabilidad que había sido provisionalmente otorgada a Nancy del Socorro Pérez.
Esta última, durante su breve gestión al frente de la institución, enfrentó amenazas de muerte, evidenciando la complejidad y peligrosidad del entorno en el que se desenvuelve la Cárcel La Modelo.
El mayor Pérez, quien ha ocupado previamente cargos de liderazgo en otros establecimientos penitenciarios como la cárcel de mediana seguridad de Cali y Bucaramanga, se enfrenta ahora al desafío más grande de su carrera.
Estabilidad
Con la premisa de mantener la seguridad y estabilidad dentro de La Modelo, Pérez sucede al coronel Fernández, quien, con apenas un mes en el cargo, fue víctima de un fatal ataque en las calles de Bogotá.
El trágico destino de Fernández, de 58 años, resalta la peligrosidad inherente al ejercicio del deber en el sistema penitenciario colombiano. Procedente de la cárcel de Guaduas (Cundinamarca), Fernández fue abatido en la intersección de la Calle 80 con Carrera 30 de Bogotá, mientras se dirigía a su hogar, en un violento suceso que conmocionó al país.
El nombramiento del mayor Pérez no solo representa un cambio de liderazgo en La Modelo, sino que también simboliza el compromiso continuo del Estado colombiano por mantener el orden y la seguridad en sus instituciones carcelarias, a pesar de los desafíos y riesgos que enfrentan aquellos que trabajan en ellas.
La expectativa ahora recae en el nuevo director, quien, con su experiencia y determinación, buscará restablecer la calma y la normalidad en un ambiente marcado por la violencia y la incertidumbre.