EDITORIAL

CAMPESINOS NARIÑENSES EN APUROS

En estas madrugadas de agosto en Pasto se ha sentido una sensación térmica de 4 grados centígrados, lo que se constituye en una de las temperaturas más bajas, que se hayan sentido en los últimos años en la capital nariñense.     

Pero, mientras que, en nuestra ciudad, este hecho no pasa de ser un hecho anecdótico, en el que la frase de moda es ¡que frio!, en cambio, en otras regiones de nuestro departamento, esa baja de las temperaturas ha dado lugar, a las dañinas heladas, que hoy afectan de manera grave, a los municipios de Guachucal, Cumbal y Carlosama, entre otros.

Se trata en realidad de una situación preocupante, puesto que la helada presentada en las últimas horas en el departamento de Nariño, fue muy perjudicial para los campesinos de varios municipios del sur de Nariño, quienes vieron como en cuestión de horas se perdieron sus cultivos.

 

«La helada presentada en las últimas horas  en el departamento de Nariño fue muy perjudicial para los campesinos de varios municipios del sur de Nariño,  quienes vieron cómo en cuestión de horas se perdieron sus cultivos».

 

En ese sentido, sabemos que son centenares los damnificados, familias enteras que lo perdieron todo a consecuencia de este fenómeno y, por lo tanto, hoy se encuentran abocados a una difícil situación, por lo que necesitan con urgencia que se les tienda una mano de ayuda y solidaridad.

De allí, que hoy apoyemos el llamado que en las últimas horas hicieron diversos sectores económicos y agrarios del departamento de Nariño, para que se atienda de inmediato a los damnificados por esta emergencia que hoy tiene sumidas en la angustia a centenares de familias campesinas, quienes perdieron sus sembrados y animales por esta helada que provocó verdaderos estragos especialmente en la zona sur.

Nos parece entonces, que es el momento para que los funcionarios de la Gobernación de Nariño y de la Unidad de Gestión de Riesgos Departamental, tomen cartas en este delicado asunto, con el fin de proceder a atender la emergencia y por encima de todo, tomar las medidas que sean del caso para ayudar a quienes, en estos momentos, las heladas los dejaron en precarias condiciones económicas.

Nos estamos refiriendo a una helada que como la del pasado martes 23 de agosto, ha sido considerada como la segunda más fuerte de las que han ocurrido en el presente año en el departamento de Nariño.

Lo cierto es que este reciente fenómeno causó daños irreversibles en las plantas, lo que se constituye en uno de sus efectos más negativos, mientras que en lo que tiene que ver con los animales, afecta el comportamiento, metabolismo y energía del ganado, que permanece expuesto a la lluvia, al viento y al barro, por lo que los efectos es la reducción de la calidad de la carne y también de la calidad de la leche.

Entonces, ante las situaciones climáticas, a las que nos estamos viendo enfrentados en la zona sur de Nariño, tenemos que lamentablemente se están presentando perjuicios fatales, especialmente para los sectores lechero y papicultor, por lo que se hace necesaria la intervención de los gobiernos departamental y nacional, para que haya una atención de urgencia a esta grave emergencia.

Como lo dijo la directora de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria- Umata, en el municipio de Guachucal, Amanda Ramírez, centenares de campesinos atraviesan una situación difícil por lo que requieren de una ayuda urgente.

Esperamos entonces, que este apoyo no se haga esperar, en momentos en los que hombres y mujeres del campo y sus familias, afrontan una calamidad inesperada que los tiene al borde de la desesperación y consideramos ante esta eventualidad, que es el momento para que se comience a pensar en las nuevas políticas agrarias, que tienen como objetivo el rescate del campo colombiano.