Las lluvias intensas de las últimas dos semanas han permitido que los niveles de los embalses en Bogotá y Cundinamarca crezcan y generen optimismo en la región, pues el llenado de los afluentes también aporta a la generación de agua para consumo humano.
Gracias a las precipitaciones de finales de octubre e inicios de noviembre, y que han generado emergencias en la capital y los municipios aledaños, el alcalde Carlos Fernando Galán está considerando nuevas medidas de racionamiento, que se habían vuelto altamente restrictivas (de nuevo) desde el 29 de septiembre, con ciclos de nueve días y que podrían ablandarse.
¿Qué propuso Galán?
A corte del 19 de noviembre, el nivel del Sistema Chingaza registró un crecimiento del 52,80 % y, ante el buen comportamiento de la gente con el consumo, el mandatario de los bogotanos dijo que no era tan descabellado pensar en darle un giro a los ciclos de racionamientos como los conocemos.
“A veces llueve en los embalses, en la cuenca del Chuza y en las cuencas de ríos que llevan el agua a Bogotá. Y, a veces, ocurre lo contrario, y es que llueve mucho y allá hay días así como acá. Eso es difícil de informar, pero la tendencia promedio del último mes es positiva; si seguimos esa tendencia un mes más, yo creo que podemos cambiar las medidas”, dijo Galán en una rueda de prensa.
Por su parte, la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca confirmó que, así como en Bogotá, los embalses y afluentes del departamento han tenido un incremento significativo en sus niveles. Los del norte tienen un llenado de 55.75 %, mientras que los del sur están en 53.18 %.