Con más de cinco meses de encuentros semanales, este grupo de Amor, Renovación, Dirección y Esencia ha despertado un movimiento juvenil que busca crecimiento espiritual, sanación emocional y propósito de vida.
Una nueva chispa de esperanza y propósito viene encendiendo los corazones de decenas de jóvenes en la ciudad de Pasto. Se trata de ARDE, una comunidad que significa Amor, Renovación, Dirección y Esencia, y que en tan solo cinco meses ha logrado consolidarse como un espacio seguro para el crecimiento personal, espiritual y emocional, especialmente para los jóvenes que buscan respuestas y sentido en medio de sus luchas internas y externas.
Los encuentros se realizan cada miércoles a las 7:30 de la noche. Inicialmente, las reuniones tenían lugar en el barrio San Andrés, cerca al parque Rumipamba, ahora se trasladaron a la Avenida de Los Estudiantes. La participación es completamente gratuita y cada sesión se convierte en una experiencia profunda de conexión, testimonio y guía espiritual.
Fundadores
La visión de este movimiento nació del corazón de tres jóvenes pastusos comprometidos con su fe y su comunidad. Daniel Burbano, quien se encuentra en México, es el fundador principal. A él se unieron Alejandra Viteri y Yulissa Quintero, quienes desde el inicio han sostenido con fuerza el propósito de este proyecto.
Junto a ellos también lideran esta iniciativa Heiman Ordóñez y el comunicador social, periodista y creador de contenido Carlos Gallardo, quien hace más de un mes decidió unirse a este llamado que, como él mismo afirma, “le ha cambiado la vida”.
Gallardo destaca que cada encuentro representa un espacio de sanación y de reencuentro con lo esencial. «Cada miércoles se siente como un reinicio. Hay lágrimas, abrazos, palabras poderosas y sobre todo amor. Aquí encontré más que un grupo; encontré familia», expresó.
Transformación
Lo que comenzó con un pequeño grupo de participantes, se ha transformado en un verdadero movimiento espiritual. Semana tras semana, más personas llegan —algunos invitados por conocidos, otros simplemente guiados por la necesidad de encontrar un lugar donde ser escuchados y comprendidos—.
Los líderes de ARDE hacen un llamado urgente a todos los jóvenes de Pasto que estén atravesando momentos difíciles como depresión, ansiedad, rupturas amorosas, problemas familiares, fracasos económicos o pérdida de sentido. “Aquí no hay juicios, solo corazones dispuestos a compartir lo que han vivido para ayudar a otros a levantarse”, afirmó Alejandra Viteri.
Propósito
ARDE no es una iglesia, ni un grupo cerrado. Es una comunidad abierta, con los brazos extendidos, que ofrece herramientas para la vida diaria a partir del amor, la fe y la conexión humana. A través de charlas, dinámicas, espacios de oración, mentoría y sobre todo escucha activa, muchos han comenzado a descubrir su verdadero propósito.
La comunidad sigue creciendo, y sus líderes aseguran que seguirán trabajando incansablemente para mantener viva la llama de este movimiento que, poco a poco, está dejando huella en la ciudad. “Que nadie se quede con el dolor guardado. Hay un lugar donde puedes hablar, sanar y volver a empezar. Ese lugar se llama ARDE”, concluyó Yulissa Quintero.

