Bolsa de cocaína

PARTE 1. “Sólo se puede vender una bolsa de cocaína a la vez, pero un niño de 5 a 10 veces al día”.
Por David Fajardo

PARTE 1. “Sólo se puede vender una bolsa de cocaína a la vez, pero un niño de 5 a 10 veces al día”.

‘Sound of Freedom’, en español ‘Sonido de Libertad’ del director belga Jim Hanon nos guía a través de una odisea que sigue los pasos de Tim Ballard, un ex agente de la CIA que se embarca en una misión moralmente inquebrantable: liberar a niños atrapados en las garras siniestras del tráfico humano.

El largometraje que nos ubica en Centroamérica, pero que rápidamente dirige su mirada hacia Colombia con Kelly Suárez Moya, la ex Miss Cartagena; que en la vida real fundó y lideró una compleja estructura criminal a la que se le daría fin con un operativo de rescate y captura en islas del Rosario en 2014; relata la historia de dos niños víctimas del flagelo de la trata de menores para explotación sexual.

El filme utiliza una magistral paleta de colores sombríos y oscuros, una fotografía que es tan meticulosa, que logra sumergirnos en el submundo del tráfico humano con cada fotograma, que es una obra de arte en sí mismo y una ventana a la desolación y la esperanza; pero sobre todo una imagen al crimen internacional con más rápido crecimiento en el planeta.

El protagónico se ve inicialmente sometido entonces a un dilema moral, y que es transversal a su familia, a su lugar de trabajo y a cuestionarse su misión en el mundo: capturar pedófilos o salvar a niños, que bien podrían estar siendo explotados en un prostíbulo estadounidense o al otro lado del mundo.

En aquella confrontación, la película halla el nudo y punto de partida a la misión de Ballard, sin embargo, es Miss Cartagena quien, al secuestrar a 2 menores en Centroamérica, da lugar a la narrativa central que atravesará el territorio colombiano y dará finalmente punto protagónico a la zona roja nariñense.

Cartagena es por tanto la primer parada para el espectador, mientras paralelamente se desarrollan los arcos de personajes e historias que darán cuerpo al filme. En ‘La Heroica’ se destapa una dualidad que se convertirá en un recurso recurrentemente usado por el director belga para jugar con las percepciones del espectador; es en Cartagena donde se nos divide un mundo en dos, una parte elegante de la ciudad de la independencia y una con una intrahistoria que logra aterrar hasta el ojo más exigente de los críticos.

Es en la ‘Ciudad amurallada’, dónde los secretos tanto para la película, como para el contexto cotidiano de hoy, parecen ser maquillados por la majestuosidad del distrito, aquí uno de los dos menores centroamericanos secuestrados es rebautizado como ‘Osito Teddy´, pero este será tema de la parte 2: “Osito Teddy, me gusta, te vamos a llamar Osito Teddy”.

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