En la tarde del martes 2 de diciembre de 2025, una balacera en el barrio Santa Paula, localidad de Usaquén — al norte de Bogotá — terminó con la muerte de un joven de 29 años tras un intento de atraco.
Según la información oficial, la víctima fue abordada por dos hombres en motocicleta que pretendían robarle el celular; al resistirse, se desató un intercambio de disparos con la rápida intervención de la Policía. Como resultado, uno de los asaltantes fue abatido y el otro —un menor de 16 años— capturado y herido.
Tras los hechos, las autoridades reconstruyeron el prontuario criminal de los detenidos, vinculándolos con al menos tres robos previos en sectores exclusivos del norte capitalino, incluyendo zonas como Chicó Navarra y otros barrios de alta gama.
Durante los atracos anteriores, los delincuentes operaban de forma similar: descendían de una motocicleta o vehículo, abordaban a las víctimas —generalmente en la vía pública— y escapaban rápidamente tras cometer el hurto. En uno de esos episodios, habrían perpetrado un robo dentro de un establecimiento comercial, usando casco y desplazándose en motocicleta de alto cilindraje.
La captura del menor y la neutralización del otro implicado desnudan el alcance de una banda organizada que venía azotando zonas residenciales de estratos altos, alimentando el temor y la preocupación en comunidades que tradicionalmente se consideraban seguras. Las autoridades investigan ahora si estos delincuentes están relacionados con otros casos de hurtos violentos en la ciudad.