La Junta Directiva del Banco de la República sorprendió al mantener inalterada la tasa de interés en 9,25%. Aunque más del 80% de los analistas esperaba un recorte, el Emisor decidió actuar con cautela. El motivo: la inflación aún no cede lo suficiente y el déficit fiscal del Gobierno genera serias dudas. Banco de la República mantiene tasa de interés y preocupa a los mercados.
La decisión del Emisor no se basó solo en la inflación, que sigue por encima del 4,8%. También influyó el nuevo Presupuesto General de la Nación para 2026, que contempla un gasto elevado sin suficientes fuentes claras de financiación. Expertos de entidades como Bancolombia y BBVA aseguran que el presupuesto proyecta ingresos optimistas y reduce el pago de intereses, algo que podría presionar la inflación y debilitar la credibilidad fiscal.
El Banco también ve riesgos en el panorama internacional. La lenta normalización monetaria en EE. UU., los mayores aranceles y la volatilidad financiera global refuerzan la necesidad de mantener una política monetaria firme.
Petro insiste en bajar la tasa, pero el Banco se defiende
El presidente Gustavo Petro no tardó en reaccionar. Volvió a criticar al Emisor por mantener una “tasa real alta”, sugiriendo que esa decisión frena el crecimiento económico. Incluso habló de un “desacato” a la Corte Constitucional por no priorizar el empleo y la equidad.
Sin embargo, el Banco respondió con datos. Desde 2023, la tasa ha bajado del 13,25% al 9,25%. Pero advirtió que recortar más, sin señales claras de que la inflación converge al 3%, pondría en juego su credibilidad y la estabilidad económica.

Rudolf Hommes, exministro de Hacienda, respaldó al Banco y dijo que la brecha entre tasa e inflación refleja precisamente que esta ha bajado. Además, recordó que el desempleo y la pobreza también han mejorado, lo cual contradice las críticas del presidente.
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El debate sigue: entre prudencia técnica y presión política
Dentro del Banco de la República también hay diferencias. Cuatro codirectores votaron por mantener la tasa. Dos pidieron un recorte de 50 puntos básicos y uno, de 25. Quienes defendieron la cautela advierten que el déficit fiscal puede impulsar la inflación y aumentar el riesgo país.

Por su parte, quienes pidieron recortes señalan que la tasa real está en 4,15%, muy por encima del promedio histórico, lo que podría afectar la recuperación económica, sobre todo en el sector manufacturero.
Además, cuestionan los modelos técnicos que sustentan las decisiones del Banco y aseguran que la inflación, según proyecciones del propio Ministerio de Hacienda, podría cerrar 2025 en 4,5%, en una senda decreciente. El pulso entre el Gobierno y el Banco de la República continúa. Lo que está en juego no es solo una tasa de interés, sino el equilibrio entre crecimiento, inflación y credibilidad económica.

