En pleno centro de Pasto, exactamente en el templo San Agustín en donde está el CAI, desde más de un año, están las bancas totalmente destruidas y nadie de los funcionarios hace por adecuarlas, las personas tienen que sentarse a descansar en el piso. “Los funcionarios de la Administración tanto municipal como departamental, transitan todos los días por este sector, pero no ven el daño que hay con las bancas. Debería ponerle más atención y comenzar a reponer las bancas, puesto que están dando mal imagen a la ciudad. Se ha hecho las denuncias por los diferentes medios, pero hacen caso omiso y a las bancas solo llegan las palomas a descansar”.
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