Hernán Insuasti Gonzales (Acord)
Terminaron los Juegos Olímpicos de París y por lo tanto llegó la hora de hacer un balance de la intervención colombiana. El representativo nacional alcanzó cuatro medallas, tres de plata con Ángel Barajas en gimnasia barra fija, Yeison López y Mari Levis Sánchez en levantamiento de pesas, así como una de bronce con Tatiana Rentería en lucha. Se consiguieron además 14 diplomas con competidores que estuvieron entre los ocho mejores.
Colombia tuvo la menor cantidad de medallas registradas en los últimos 12 años, desde las olimpiadas de Londres 2012.
Por fortuna, hubo una deportista nariñense que intervino con lujo de detalles, se trata de la tumaqueña Martha Valeria Araujo, quien conquistó el séptimo puesto en la prueba de heptatlón que finalizó con 6386, lo cual es un nuevo récord en Suramérica. Realmente es un orgullo para nosotros.
Uno quisiera hablar de resultados más positivos, sin embargo, la realidad muestra que para los gobiernos el deporte no es nada importante, por eso, la inversión es mínima. Además, la corrupción es tenaz, por eso, a lo largo de la historia nos hemos dado cuenta que los mismos dirigentes colombianos de las Liga deportivas en los departamentos se ven involucrados en actos deshonestos, por eso, se vuelven millonarios a costa del deporte.
Es así que nuestro país ha obtenido 38 medallas en toda la historia del certamen, de estas 5 son de oro, 16 de plata y 17 de bronce. Entre las disciplinas en las que los deportistas más se han destacado se encuentra la halterofilia, el ciclismo, particularmente el bicicross, competencia en la que Mariana Pajón ha sido la más importante exponente con dos preseas doradas.
O sea, el inconveniente no se presenta en las presentes justas, sino que nuestra nación a pesar de las variadas condiciones climáticas, de su geografía y de recursos humanos, no logra sobresalir, precisamente porque no hay apoyo y con el poco dinero con que se cuenta se van a otras manos diferentes a los deportistas.
Ahora es muy fácil señalar como culpable al actual gobierno, pero se debería tener en cuenta a los anteriores que prefirieron apostar por las armas y la guerra antes que por la juventud.
Ojalá que esto cambie, pero insisto en que todo debe partir esperando que no haya corrupción en la dirigencia deportiva y que los organismos de control se pongan las pilas para condenar a los que se quedan con los recursos del deporte.