Ataque con drones en Policarpa dejó un muerto y varios heridos

En un nuevo episodio de violencia en el suroeste colombiano, las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc) llevaron a cabo un ataque contra el Ejército Nacional en la zona rural de Policarpa y Cumbitara, Nariño. El enfrentamiento, que tuvo lugar en las últimas horas, resultó en la muerte de una mujer y en heridas a dos soldados, lo que ha encendido alarmas sobre la creciente inseguridad en la región.

Los hechos ocurrieron cuando miembros de la estructura Franco Benavides, una facción disidente de las Farc, emboscaron a las tropas del Ejército con ráfagas de fusil y ametralladora. El fuego cruzado dejó como saldo dos soldados heridos, quienes fueron atendidos de inmediato por las autoridades médicas. En medio de este ataque, una mujer que se encontraba en la zona fue alcanzada por las balas, lo que provocó su trágica muerte.

Métodos de guerra

Tras el violento suceso, los agresores intensificaron su ataque utilizando drones, un método que ha comenzado a ser utilizado por grupos armados en Colombia. Este nuevo uso de tecnología en el conflicto pone de manifiesto la sofisticación de las tácticas de los grupos armados y su capacidad para causar daño a las fuerzas del orden y a la población civil.

La situación ha generado una rápida respuesta del gobierno local. El gobernador de Nariño, en respuesta a la escalada de violencia, convocó un consejo extraordinario de seguridad con el objetivo de discutir medidas que puedan prevenir futuros atentados y garantizar la protección de los ciudadanos en la región. Durante este consejo, se prevé la participación de diferentes actores, incluyendo fuerzas de seguridad, líderes comunitarios y representantes del gobierno.

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Temor

Este ataque se suma a una serie de incidentes violentos que han afectado a Nariño, una región que ha sido históricamente un punto caliente en el conflicto colombiano, marcado por la presencia de cultivos ilícitos y el accionar de diversas facciones armadas. La población local vive con el temor constante de ser víctima de estos enfrentamientos, que a menudo dejan consecuencias devastadoras.

La comunidad internacional y los organismos de derechos humanos han expresado su preocupación por la situación en Nariño, instando a las autoridades colombianas a tomar medidas efectivas para garantizar la seguridad de los ciudadanos y el respeto a los derechos humanos en el marco del conflicto armado.