Con el aumento de las temperaturas en muchas zonas, las aves que conviven cerca de nuestras casas también sufren —y pequeñas acciones pueden marcar la diferencia. Un plato con agua fresca en una ventana, balcón o jardín puede servir de bebedero o baño para pájaros sedientos, especialmente durante los días más calurosos.
Si vives en una casa con terraza o patio, colocar recipientes poco profundos con agua, preferiblemente en la sombra, ofrece un alivio vital para aves que tal vez no encuentren fuentes naturales cercanas. Mantener estos bebederos limpios y cambiarlos diariamente ayuda a evitar aguas estancadas y problemas de salud.
Además del agua, ofrecer sombra y lugares frescos —árboles, arbustos, rincones con vegetación o simplemente colocar sombra artificial cerca de comederos y bebederos— les da refugio cuando el sol pega fuerte. Esto ayuda especialmente a aves pequeñas, que no toleran bien el calor intenso.
Por otro lado, quienes tengan comederos pueden optar por alimentos secos como semillas o frutos secos, evitando dar comidas que puedan pudrirse con el calor. Esto les asegura energía sin complicaciones, especialmente cuando muchos insectos o frutas naturales escasean.
Con gestos sencillos y cotidianos, podemos ofrecer un alivio real a esas pequeñas aves que sobreviven junto a nosotros: bastan agua limpia, sombra y un poco de cariño. En un verano caluroso —o cualquier día caliente— ese cuidado puede representar la diferencia entre la vida y la muerte para muchos pajaritos.

