Asesino serial habría puesto fin a su vida tras el brutal crimen

Una historia de horror parece haber llegado a su fin en el municipio de Samaniego, Nariño, donde en las últimas horas fue reportado el hallazgo de un cuerpo sin vida, al parecer de sexo masculino, en una zona de difícil acceso de la vereda Guadual.

El descubrimiento fue realizado por habitantes de la zona, quienes alertaron a las autoridades y al Cuerpo de Bomberos Voluntarios, que tuvieron que internarse entre la maleza y los caminos empinados para rescatar el cadáver.
Las primeras versiones indican que podría tratarse de Ramiro Andrade Portillo, el hombre más buscado del municipio tras ser señalado como el presunto autor de un brutal crimen que conmovió a toda la región.

Dos mujeres, un mismo verdugo

El nombre de Ramiro Andrade Portillo se volvió sinónimo de terror en Samaniego y en todo el departamento de Nariño.
Hace apenas unos días, el sujeto fue acusado de asesinar a puñaladas a su pareja sentimental, Jenny Jael Guevara Betancourt, una joven de 34 años, madre de tres hijos, quien perdió la vida en medio de una violenta discusión dentro de su vivienda, alrededor de las tres de la madrugada.

Según los reportes preliminares, el hombre le habría asestado una herida mortal en el corazón, delante del hijo adolescente de la víctima, de 17 años, quien quedó en estado de conmoción.
Desde entonces, Andrade Portillo se dio a la fuga y las autoridades iniciaron su búsqueda en todo el territorio de Samaniego, sin lograr dar con su paradero.

Sin embargo, este no habría sido su primer crimen. Fuentes locales revelaron que hace aproximadamente 18 años, en Ipiales, Nariño, el mismo hombre habría asesinado con arma de fuego a su primera pareja sentimental, una mujer cuyo nombre aún se mantiene en reserva.
El caso quedó en el olvido, pero su sombra violenta volvió a aparecer con la muerte de Jenny Jael Guevara.

Hallazgo que sacude a la comunidad

La noticia del hallazgo del cuerpo masculino en la vereda Guadual ha generado conmoción. Vecinos y allegados coinciden en que podría tratarse del propio Ramiro Andrade Portillo, quien, acorralado por el escándalo y la culpa, habría decidido suicidarse.

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“Decía que no pensaba entregarse. Que prefería morirse antes de volver a la cárcel”, relató un habitante de la zona que pidió no revelar su identidad.

El cadáver, según testigos, se encontraba en una pendiente cubierta de maleza y rocas. Los socorristas tuvieron que utilizar cuerdas y herramientas para poder extraerlo del lugar.
Las autoridades mantienen el área acordonada mientras los peritos forenses adelantan el proceso de identificación para confirmar oficialmente si el cuerpo pertenece al señalado doble homicida.

Consternación y miedo La comunidad de Samaniego vive horas de zozobra.
El recuerdo de Jenny Jael Guevara aún duele en las calles, mientras los rumores sobre la muerte de Andrade Portillo se multiplican.
Algunos vecinos aseguran sentir alivio, otros, temor; todos coinciden en que el municipio ha sido testigo de una tragedia que combina violencia, impunidad y desesperación. “Primero mató a una mujer en Ipiales, luego a la pobre Jenny aquí en Samaniego. Si de verdad se mató, fue su castigo. Pero el daño ya está hecho”, lamentó una residente.