En Pasto, una iniciativa impulsada por el joven líder social Marlon Ceballos está generando un cambio positivo y tangible entre los jóvenes de sectores más vulnerables. Lo que comenzó como una campaña de cortes de cabello gratuitos se ha transformado en un proyecto integral de acompañamiento social, apoyo emocional y motivación para la juventud en riesgo.
Con solo 27 años, Marlon ha entendido que un corte de cabello puede ser el primer paso para recuperar la autoestima, pero también para abrir una conversación, tender una mano amiga y sembrar esperanza. “Un cambio de imagen puede marcar una diferencia, pero lo más importante es el mensaje que transmitimos: que no están solos”, afirma Marlon.
Cada jornada de peluquería gratuita es también una oportunidad para conversar, escuchar y detectar necesidades más profundas. En estos encuentros, los voluntarios ofrecen no solo servicios estéticos, sino también contención emocional, orientación en temas de salud mental, charlas motivacionales y, en algunos casos, la conexión con redes de apoyo como psicólogos, trabajadores sociales y organizaciones locales.
“Nos dimos cuenta de que muchos de estos jóvenes enfrentan problemas de violencia familiar, drogadicción o abandono escolar. No podíamos quedarnos solo con cortarles el cabello”, explica Marlon. Por eso, ha sumado al proyecto un enfoque más amplio que incluye talleres de habilidades blandas, dinámicas de autoestima y jornadas de escucha activa.
Gracias a donaciones y alianzas con peluqueros solidarios, psicólogos, fundaciones y pequeños emprendedores locales, esta iniciativa ha podido crecer y diversificarse. En eventos comunitarios, se organizan días completos de atención donde se combinan cortes de cabello, orientación vocacional, entrega de alimentos, ropa y, en ocasiones, actividades recreativas para niños y adolescentes.
El proyecto también ha comenzado a articular esfuerzos con instituciones educativas y centros comunitarios, con el fin de crear espacios permanentes de formación y contención para los jóvenes. La visión de Marlon es clara: construir una red de apoyo donde cada joven pueda encontrar un propósito y una oportunidad real para salir adelante. Los beneficiarios no solo reciben un nuevo corte, sino también un mensaje claro: su vida importa. “A veces, lo único que necesitan es que alguien los mire con respeto, que les diga que tienen valor”, comenta Marlon, quien ha sido testigo del cambio de actitud y ánimo en muchos de los jóvenes atendidos.
