Por: Pablo Emilio Obando
Doctor Mario Cepeda Bravo, el papel protagonico de PAGINA10 es innegable en el debate suscitado en el recinto de la Asamblea. Distintas voces expresaron su vehemente rechazo ante el despropósito de crear el departamento del litoral pacífico.
Usted, doctor Cepeda, es el verdadero gestor de este clamor que une a tres departamentos. Pagina10 se anticipó a los hechos y convocó a la unidad de nuestro pueblo en defensa de la Unidad administrativa, geográfica, territorial y política, además de cultural. Cada voz fue un eco de nuestros artículos periodísticos, una réplica de nuestra pluma y un sentir de nuestro estilo periodístico.
Como nunca en nuestra historia, el sentido periodístico logró convocar y aglutinar pensamientos e ideologías de distintas vertientes para reclamar respeto por Nariño y su gente. Se hizo con valor, sentido de pertenencia y espíritu de identidad. Por encima de partidos e ideologías se dejó escuchar el nombre de Nariño en el verdadero sentido de pertenencia e identidad.
Felicitaciones doctor Cepeda, ha hecho usted historia al brindar e iniciar espacios para elevar nuestra voz de rechazo y repudio contra una iniciativa legislativa que partiría en dos la unidad de Nariño y fragmentaria nuestra identidad cultural.
Bien valen las agresiones, amenazas e insultos de quienes se atrevieron a desafiar a todo un pueblo y que por su falta de carácter hoy se esconden en sus miedos y oportunismos.
Ese epíteto de vergajos y malévolos que esputa el gobernador, imbuido de soberbia y arrogancia, es característico de esos seres extraviados y agobiados por sus penurias y soledades. Que pretenden llenarlos con egos de poder y dominio. Utilizar los recursos del erario para amenazar y pretender acallar a los periodistas que se oponen a sus pretensiones neronianas es propio de aquellos que ante su miopía niegan hasta sus propias palabras.
Retomamos una sentencia que nos permite valorar el sentido ético de la verdad y la mentira: «Mentir constantemente no tiene como objetivo hacer que la gente crea una mentira, sino garantizar que ya nadie crea en nada. Un pueblo que ya no puede distinguir entre la verdad y la mentira no puede distinguir entre el bien y el mal. Y un pueblo así, privado del poder de pensar y juzgar, está, sin saberlo ni quererlo, completamente sometido al imperio de la mentira. Con gente así, puedes hacer lo que quieras.» Hannah Arendt.
Nos recuerda el periodista Carlos Jiménez que » Hannah Arendt, es una historiadora y filósofa alemana, desarrolló el concepto de «la banalidad del mal». Es un sistema de poder político que puede trivializar el exterminio de seres humanos cuando se realiza como un procedimiento burocrático ejecutado por funcionarios incapaces de pensar en las consecuencias éticas y morales».
En medio de esos insultos y agresiones navegamos por los mares impetuosos de la persecución y la asfixia económica hacia nuestra labor por parte de un gobernante extraviado de su verdadero objetivo de ser un garante de la democracia y la equidad, se nos cerraron todas las puertas en el empeño de ahogar en sus odios la única alternativa viva de una prensa independiente y libre.

