Desde que era pequeño y debido a una gran afición por el chocolate que aún persiste me aficioné a llenar los álbumes de Jet, los que con el transcurrir de los años han ido evolucionando en temática y calidad y es así, ahora sus láminas no solo muestran animales o plantas, sino que como sucede en las ediciones más recientes, incluyen hermosos paisajes de las diferentes regiones de Colombia.
Debido a la carencia de celulares e internet, debo decir que mi infancia la pasé en medio de toda clase de colecciones, que se vendían como pan caliente, por lo que los niños nos gastamos la plata que nos daban nuestros padres para el recreo en los sobres mágicos que contenían las láminas.
Es así como en los recreos los niños en lugar de llenarnos nuestras pancitas con comida lo que hacíamos era llenar los álbumes que los había de toda clase de temas.
En efecto, recuerdo que yo llegue a llenar colecciones de animales; de superhéroes, que en esa época se limitaban a Batman y Superman, de futbolistas de los campeonatos mundiales de fútbol y del torneo colombiano; de los Juegos Olímpicos, de banderas y escudos de todos los países, de Disneylandia, del Cid Campeador, de automóviles de lujo y de carreras, de artistas de cine, de guerreros de la antigüedad y de piratas, lo que nos permitió conocer las pocas edificantes hazañas de Barbanegra y varios de sus colegas y hasta de los 10 Mandamientos.
Sin embargo, a pesar de reconvenirnos a veces por gastarnos la plata del recreo “en esas pendejadas”, nuestros papás y mamás muchas veces nos ayudaban en nuestras colecciones. Recuerdo que mi mamá me preparaba un pegante a base de almidón de yuca para pegar la lámina, pero también disponíamos de un producto ya desaparecido, que se llamaba Goma Arábica. Con uno y otra los álbumes adquirían un grosor de Biblia, pero eran sumamente eficaces en unos años en los que las láminas autoadhesivas eran una utopía.
Hoy en día los únicos álbumes que sobreviven son los de las chocolatinas Jet y la colección de Panini de los campeonatos mundiales de fútbol, los que en un alto personaje son llenados por personas adultas, puesto que a los niños por estar chateando y metidos en internet, no les queda tiempo para “esas pendejadas”.
Solo esperamos que las colecciones de Jet y de los mundiales de fútbol, permanezcan un tiempo más, antes de ser inexorablemente devoradas por la tecnología.
POR: JORGE HERNANDO CARVAJAL PÉREZ

