Izquierda Carlos Toro, a la derecha Hoveimar López fundadores de Andariegos, expertos en guiar expediciones que revelan la riqueza natural y cultural del territorio nariñense.
Las montañas de Nariño siempre han estado ahí, imponentes, silenciosas, esperando a que alguien las mirara con la paciencia de quien quiere escuchar una historia antigua. Eso fue lo que hicieron, Hoveimar López y Carlos Toro cuando en 2018 comenzaron a caminar sin más propósito que la curiosidad. Eran amigos que buscaban lagunas escondidas y amaneceres fríos, y terminaron encontrando algo mayor: una forma distinta de conocer su región.
Así nació Andariegos, como un impulso colectivo por compartir la felicidad de identificar los rincones naturales más sorprendentes, esos que no aparecen en los mapas pero que guardan la esencia del territorio. Esa experiencia adquirida a pulso se refleja en cada ruta, donde los expedicionarios avanzan acompañados por personas expertas, preparadas y conscientes de que la seguridad es el primer paso para disfrutar la aventura. Con el tiempo, las rutas se volvieron más precisas: volcanes, páramos, cerros y lagunas que revelan un Nariño diverso, complejo y profundamente vivo. También aparecieron los retos: abrir caminos poco explorados, escuchar a guías locales, caminar con respeto por territorios sagrados.
En cada salida, Andariegos no solo muestra paisajes. Se enseña a mirar. A reconocer que lo propio tiene valor. A entender que un atardecer sobre la cordillera puede transformar el ánimo de un desconocido. Y en ese encuentro entre montaña, cultura y comunidad Andariegos recuerda algo esencial: que conocer el territorio es también aprender a cuidarlo.
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