Haciendo memoria del siempre recordado y nunca olvidado Pachito Muñoz, que daba como a modo de regalo, herramientas y utensilios de cocina en su programa dominical a los “pequeños artistas” y él mismo manifestaba al aire que todo era donado por las casas comerciales a cambio de publicidad, jocosamente decía: “porque yo… ¿de dónde?
Pues este 2022, que en principio todo el mundo augura dicha, paz y prosperidad, de entrada habrá que hacerse a la idea de que el reajuste salarial le sale perdiendo a la escalada alcista que va a marcar la época en Colombia y empecemos por decir que suben los productos de la canasta familiar, ropa, electrodomésticos, vehículos, repuestos y demás.
El famoso pago del Soat en nuestro país genera el costo más alto que en otros y que ha sido blanco de muchos cuestionamientos por experiencias vividas, nadie se atreve revisar. Su incremento será del 12 por ciento. Además la revisión técnico mecánica fuera de que el impuesto predial y vehicular suben en forma automática.
El copago en la salud a EPS o IPS, por lo general eleva su valor, así los usuarios como ya es costumbre se sigan quejando de deficiencias en los servicios médico- asistenciales, sin encontrar solución inmediata. Lo propio materiales de construcción, arriendos sin olvidar que en los restaurantes el llam ado “corrientazo” montó su reajuste.
«Nos espera un 2022 bravo, que obliga desde ya a buscar fórmulas matemáticas para obrar con prudencia y sin excesos ante semejante situación».
Y seguro nunca van a dejar de imponer nuevos precios a los combustibles que como consecuencia vienen alzas en el transporte. Y a propósito los insumos para toda clase de cultivos según los agricultores han llegado a precios inalcanzables, hecho que el gobierno nunca se ha comprometido a subsidiar o a permitir que en las mismas regiones se fabriquen estos elementos.
Sigue influyendo en la economía colombiana el imparable ascenso del dólar en los mercados y aunque no se crea, poco a poco va agravando la crisis y complicando de paso la importación de materiales y mercancías para las grandes empresas. Para completar a diferencia de las estadísticas que maneja el Dane, los índices de desempleo son cada vez más altos.
Culpa de la pandemia, del gobierno, o de la misma sociedad de consumo, nos espera un 2022 bravo, que obliga desde ya a buscar fórmulas matemáticas y de calculadora para obrar con prudencia y sin excesos ante semejante situación. Que nos coja confesados por tanto gasto que viene y el pobre pueblo… ¿de dónde?
Por: Sofonías Rodríguez M.

