Alfredo Morelos sigue en el ojo del huracán tras un incidente de tránsito que ha dejado más preguntas que respuestas sobre su futuro en Atlético Nacional. A pesar de que existen videos y un informe policial sobre la infracción disciplinaria, el club mantiene un silencio prolongado. Esta incertidumbre surge luego de que el delantero fue detenido y posteriormente liberado, acusado de lesiones personales tras chocar con un motociclista, Sebastián Guillermo Dávila, quien resultó gravemente herido en el accidente.
Según las autoridades, Morelos registró un grado 2 de alcoholemia, equivalente a una concentración de entre 100 y 149 mg de etanol por cada 100 ml de sangre. Sin embargo, la periodista Pilar Velásquez informó en el programa Clásico paisa que, en el lugar del accidente, no se realizó una prueba formal de alcoholemia; en su lugar, Morelos fue llevado al Hospital Nuestra Señora de la Candelaria, donde un médico general evaluó su estado. Fuentes del hospital señalaron que no se realizó una prueba de alcoholemia oficial, lo cual genera dudas sobre el reporte de grado 2 que publicó el club.
Este vacío en el procedimiento complica la situación para Atlético Nacional, pues para rescindir el contrato de Morelos deben demostrar que conducía en estado de embriaguez, y la ausencia de una prueba de sangre pone en duda dicha evidencia. Aún así, el ambiente en el club es de incertidumbre, y aunque el comité disciplinario recomendó terminar su contrato, el Comité Ejecutivo aún debate la decisión final. La falta de claridad en las pruebas crea un obstáculo para despedir al jugador y plantea otro desafío: ¿cómo reincorporarlo sin resolver la sospecha de indisciplina que pesa sobre él?

