Mientras la esposa de Navalny, Yulia Navalnaya, participaba en la conferencia de seguridad de Múnich organizada por las potencias neocoloniales, confirmando el extremismo de este personaje, se difundían las fotos de su alta “fidelidad” mientras permanecía en prisión el opositor, con su presunto amante radicado en Londres, el disidente millonario ruso Evgueni Chichvarkin, todo lo cual mostraba los grados de injerencia extranjera e hipocresía amoral de los supuestos defensores del activismo libertario tipo Milei.
Informes sugieren que era un informante adiestrado del servicio secreto británico y múltiples cables señalan que Navalny fue envenenado y asesinado en prisión por otros reclusos, un movimiento para que el MI6, la agencia británica de espionaje, cortara lazos e información, después de usarlo en una “revolución de colores” para derrocar al presidente Vladimir Putin.
Navalny admitió su extremismo racista y fascista a través de diversos videos, cables de Wikileaks confirman la financiación por parte de la NED-CIA del partido que creó en 2005: «Alternativa Democrática»; Amnistía Internacional se vio obligada a despojar a Navalny del estatus de «prisionero de conciencia» por la violencia y el odio que promovía sin remordimientos y Radio Europa Libre, financiada por el gobierno estadounidense, también se vio forzada a admitir los antecedentes extremistas de este personaje, sin contar con sus delitos por fraude, robo estafa, malversación de recursos, es decir , delincuente de cuello blanco.
Ignorar el asesinato del periodista chileno estadounidense Gonzalo Lira en las mazmorras de Ucrania recientemente, la detención y tortura del periodista Pablo González en Polonia, la persecución de Julián Assange por más de 12 años, demuestran la doble moral occidental.
La pregunta es clara: ¿a quién beneficia la muerte de este presunto activista? A Rusia no por supuesto ya que está ad portas de una elección presidencial. Más bien, a las élites que ahora eliminan a un desaparecido, presionan la ayuda a Ucrania, crean una viuda como nueva líder opositora, manifestando que las sanciones ilegales son la respuesta a esta situación.
¡Esta es la verdad oculta!