Como siempre ocurre en estas épocas de finales de año, el invierno hace de las suyas en nuestro departamento de Nariño, en lo que se constituye en una constante; una visita poco agradable, pero que siempre nos llega con sus nefastas consecuencias y a la cual nunca se le pone el ojo sino hasta que lastimosamente se registran las tragedias.
Según el registro de las autoridades las fuertes lluvias que se han presentado en los últimos meses han causado estragos en el departamento de Nariño y hasta la fecha ya se registran dos personas que perdieron la vida, sin contar la tragedia en el municipio de Mallama en donde murieron 17 personas por un deslizamiento.
La primera un maquinista que se encontraba en la vía entre Arboleda y Rosaflorida y un adulto mayor en el municipio de Buesaco.
En un consejo extraordinario de gestión del riesgo de desastres se confirmó que doce municipios han presentado diferentes emergencias por deslizamientos en vías nacionales, departamentales y terciarias además de inundaciones.
Por lo tanto, la recomendación es no bajar la guardia ante el invierno y mucho menos, cuando ya sabemos que su poder mortal y destructivo ya nos tocó, con la tragedia que se presentó en el sector de Mallama y los múltiples deslizamientos, cierres de vías y afectaciones que constantemente se registran en esta región.
“Como siempre ocurre en estas épocas de finales del año, el invierno hace de las suyas en Nariño y en esta oportunidad las emergencias han sido una constante diaria principalmente en la costa del departamento, en donde las inundaciones son el pan de cada día”.
Entonces, nos parece que la naturaleza nos sigue haciendo advertencias, a las cuales debemos prestar la mayor atención para evitar que esas historias de destrucción y muerte se sigan presentando en nuestro medio y de esta manera trabajar conjuntamente para que en un futuro la ciudadanía esté preparada y de alguna manera se conozca cómo actuar cuando se presentan estos terribles hechos que lastimosamente en comunidades como la costa nariñense son el pan de cada día.
Nos parece entonces que es una obligación de los alcaldes darle a esta temporada invernal toda la importancia que merece puesto que está en juego no solo la vida de miles de personas, sino sus viviendas y pertenencias. Hemos visto a través del tiempo, como generalmente el invierno se ensaña en los municipios de nuestra costa pacífica nariñense. Por lo tanto en una u otra región, alcaldes y encargados de los organismos de emergencia, no deben escatimar esfuerzos para fortalecer las medidas de prevención y sobre todo socializar con sus comunidades los riesgos a lo que en un momento dado se podrían ver abocados por una inundación o un deslizamiento de tierra, fenómenos de la naturaleza, que suelen ser imprevisibles.
No queremos que estas fiestas de Navidad y fin de año, que ya se encargó la pandemia del Covid-19 de que las tengamos que vivir con algunos cambios, encima se nos vayan a convertir en motivo de más dolor y luto.
Nos imaginamos que todos los comités locales de emergencias se encuentran activados y listos para actuar, en caso de que haya lugar en estos días en los que el Ideam afirma que el invierno todavía no se detendrá a atender los consabidos episodios de inundaciones o deslizamientos que en nuestro departamento de Nariño se han convertido en un peligro latente y diario.
Así que el invierno nos tiene en alerta y así nos debemos mantener todos para evitar que nos siga dañando. Esto quiere decir que debemos estar con los ojos bien abiertos y seguir al pie de la letra las recomendaciones que hagan en las diferentes regiones los organismos de prevención de riesgos y de esta manera evitar sufrir los estragos de la naturaleza.