El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) emitió una alerta crítica que afecta a 336 municipios del país, de los cuales 168 se encuentran en alerta roja por alto riesgo de incendios forestales. En Cundinamarca, la situación es particularmente preocupante con 15 municipios en máxima alerta y otros 18 en alerta naranja.
La Unidad Administrativa Especial para la Gestión del Riesgo de Desastres de Cundinamarca confirmó que la alerta roja se extiende a los municipios de Fosca, Fómeque, Gachalá, Gachetá, Guayabetal, Gutiérrez, Machetá, Manta, Paratebueno y Quetame, entre otros. Por su parte, la alerta naranja cobija a Beltrán, Carmen de Carupa, Choachí, Cucunubá, Cáqueza, Fúquene, Gama, Guachetá, Guasca, Junín, La Calera, Lenguazaque, Medina, Pulí, Susa, Ubaque, Une y Ubaté.
Ante este preocupante panorama, Alfred Ballesteros, director de la Corporación Autónoma Regional (CAR), envió una carta oficial a 98 alcaldes de Cundinamarca, 6 de Boyacá y a las autoridades de la zona rural de Bogotá, invitando a tomar medidas preventivas urgentes frente al riesgo de incendios en la cobertura vegetal de sus jurisdicciones.
El principal motivo de preocupación es la proximidad de un periodo prolongado de sequía acompañado de un aumento significativo de las temperaturas, condiciones que incrementan exponencialmente la posibilidad de incendios forestales. La CAR recomienda evitar fogatas, paseos y caminatas en zonas boscosas durante las horas de mayor temperatura, así como abstenerse de realizar quemas controladas o arrojar colillas de cigarrillos en áreas naturales.
Las autoridades también hacen un llamado especial a los operadores turísticos y visitantes de las zonas rurales, quienes deben extremar precauciones durante esta temporada vacacional. Los municipios en alerta máxima, ubicados principalmente en las provincias de Oriente, Guavio y Almeidas, presentan condiciones de alta vulnerabilidad debido a la vegetación seca acumulada y las bajas precipitaciones registradas en las últimas semanas.
Adicionalmente, la CAR recomendó a las administraciones municipales activar sus planes de prevención de enfermedades propias de la temporada seca, realizar limpieza preventiva de sistemas de recolección de aguas lluvias, alcantarillados, cauces de caños y ríos, y mantener activos los comités locales de emergencias para una respuesta rápida ante cualquier eventualidad.
El departamento cuenta con brigadas forestales y equipos de bomberos preparados para actuar ante emergencias, pero las autoridades insisten en que la prevención es la herramienta más efectiva para evitar tragedias ambientales que podrían comprometer ecosistemas estratégicos, fuentes hídricas y la seguridad de las comunidades rurales.