Carlos Santa María

¿Alerta Chile de retrocesos en América Latina?

Por: Carlos Santa María

Lo que acaba de suceder al gobierno de Gabriel Boric, considerado de “izquierda”, es un profundo aviso para los mandatarios progresistas y una lección que jamás debe olvidarse.

La ultraderecha chilena, aquella que reivindica el periodo de Pinochet como el mejor que ha tenido esa nación (independientemente de las más de 40.000 víctimas), acaba de obtener el pleno control para realizar una nueva Constitución en el país, que modifique la existencia de aquella que corresponde al pasado militar desde 1980.

Boric, quien fue elegido con la alta esperanza de un pueblo que realizó un estallido social con el fin de realizar cambios significativos en favor de la mayoría, aceptó gran parte de la agenda de la oposición considerando que ello le daba un manejo controlado de la política nacional.

Lo anterior constituyó un error garrafal pues fue el problema de la delincuencia el que se puso en primer término, dejando de lado los cambios prometidos e instalando una dirección que incluso privilegió los dictados del Fondo Monetario Internacional, actor que donde esté provoca conflictos graves.

La situación actual de decepción popular, rechazo que alcanza el 60%, partidos de “centro izquierda” en agonía y una falta de cuadros políticos formados con claridad ideológica que guíen hacia obligatorios cambios para responder las demandas integrales, predicen hechos.

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Chile parece volver a la agenda de la derecha y, por tanto, el incremento de la privatización en todas las áreas de desarrollo, donde el nuevo mandatario puede ser José Antonio Kast como líder del partido Republicano. Asimismo, envía el mensaje claramente expuesto a varios gobiernos sobre la importancia de representar las ideas democráticas y avanzar en ello, so pena de turbulencias graves. El alza de la gasolina ha sido utilizado como un referente desestabilizador.

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Lula da Silva y López Obrador han dejado de lado los elogios del Fondo Monetario Internacional para centrarse en sus propias decisiones vinculadas a los proyectos liberadores de la dependencia externa y la influencia interna.

¡Hay que pensar rápido y correctamente!