En las últimas horas circularon en los corrillos políticos toda clase de versiones en torno a que miembros del Gobierno aleccionados por el presidente de la República, Gustavo Petro, le habrían dicho al ministro de Educación, Alejandro Gaviria que debía retratarse de sus críticas a la Reforma a la Salud, que formuló en un sonado documento, o de lo contrario tendría que renunciar a su cargo.
Al respecto, lo que se dice es que ante esta situación, sus colegas el gabinete, José Antonio Ocampo en Hacienda y Cecilia López de Agricultura, expresaron su rechazo a esa presión y dijeron que si Gaviria se iba, ellos harían lo mismo, lo que detuvo de inmediato una posible crisis ministerial.
Por lo tanto hubo que llamar a Antoni Gutiérrez-Rubí, un activo catalán que asesora gobiernos de izquierda en el continente, como el de Petro o Cristinita Kirchner y Alberto Fernández, en Argentina, para que le bajara el calor al fogón. También apareció el bombero Roy Barreras a aconsejar que, como este Gobierno era de centroizquierda, no se podía permitir el lujo de dejar que se le fuera el centro».
Lo que se ha conocido es que al ministro Gaviria lo habría llamado Laura Sarabia, la jefe de gabinete de Petro, quien le habría pedido que debía retractarse públicamente del documento que se había conocido.
Esto no le habría gustado a Gaviria, quien de manera enfática le habría respondido que no lo iba a hacer. Ante esto, la versión que surgió es que ella le habría planteado que debería dar un paso al costado.