Motivos familiares me obligaron a viajar a Cali, razón por la cual, tuve que ausentarme durante algunos meses de DIARIO DEL SUR, que ha sido mi casa y mi familia, durante años y años, gracias a la gentileza y bondad de su Fundador-Director, don Hernando Suárez Burgos.
Hoy gracias a Dios, de nuevo me encuentro en mi oficina que tiene como vistas principales, el hermoso jardín que rodea las instalaciones del periódico y el imponente volcán Galeras y debo reconocer que este regreso me llena de unos sentimientos indescriptibles.
Qué alegría volver a saludar a don Hernando, a la gerente, Giselle Zambrano, al gerente comercial, Álvaro Castillo, al Editor Robert Atiz, a Manuel Antonio Rosero, Danny Marcillo, Johan Gómez y, a mis compañeros de EXTRA, Dylan Riascos, Karelin Guerra y Alejandra Benítez, la abogada Mónica Villarreal y mis amigos de tantos años, Libardo Guerrero y David Muñoz, Igualmente, me sentí muy contento de encontrarme con Ana Lucia Tumal, una compañera que conozco desde los primeros años del periódico y una amiga que estimo mucho.
También me encontré con caras nuevas, como el reportero gráfico, Jhorman Montezuma, la Tesorera, Ximena Maya, el Auditor Kevin Rodríguez, el auxiliar contable, Giner Benavides y la encargada de servicios generales, Marcela De La Cruz, a quienes les deseo grandes éxitos en el desempeño de sus funciones y se integren rápido a esta gran familia que es DIARIO DEL SUR, un periódico que quiero mucho.
No es para menos, puesto que, en mi larga trayectoria periodística de más de 50 años, siempre he encontrado en su sede, inicialmente en el barrio Javeriano y luego en Torobajo, el maravilloso calor de una familia. Conozco a DIARIO DEL SUR, desde hace 42 años, en unos tiempos en los que la principal herramienta de los periodistas, eran las máquinas de escribir, las que ya desde hace mucho tiempo son piezas de museo, al igual que las cámaras fotográficas de rollo.
Hoy, cuando de nuevo me encuentro en sus instalaciones, pienso que hay muchas por hacer, muchos mundos todavía por descubrir. Es cierto que la tecnología, que hace 4 décadas nos imaginamos hasta donde iba a llegar, se ha convertido en la principal enemiga de los periódicos, pero esto en lugar de desanimarnos, nos debe llevar a redoblar esfuerzos y demostrar que a pesar de las dificultades a los periódicos les quedan muchos, pero muchos años de vida y DIARIO DEL SUR es un claro ejemplo de ello. Todo esto lo escribo mientras que a mis pies están La Negra y El Mono, los dos gatos mascota del periódico, ronronean contentos, de ser también parte de esta gran familia, que está en el corazón de todos los nariñenses.