Por: Joan Sebastián Gómez.
En el departamento de Nariño por estos últimos días se han presentado escalofriantes hechos violentos, en consternación y desolación han quedado las familias nariñenses que han tenido que presenciar y escuchar estos lamentables acontecimientos que se perpetúan por intolerancia, falta de empatía, problemas de salud mental, valentía o cobardía.
Municipios como Sapuyes, Potosí, Ancuya, Chachagui, Tumaco y Pasto han sido los escenarios donde diferentes acontecimientos han apagado los sueños de personas que han tomado la decisión de quitarse la vida; a otros se los han arrebatado de una manera injusta y con frialdad.
Problemas sentimentales, financieros, entre otros han sido los causantes de las fatales decisiones que, han llevado a la muerte, y que han dejado un vacío en amigos, conocidos y familiares. Un primer feminicidio ya se registró en el departamento, el hecho ocurrió en Potosí donde un hombre mató a su esposa y luego este se lanzó al río Guaitará.
Estos hechos violentos y sangrientos han consternado y han sido tema de discusión por estos días, muchos nos hemos llegado a preguntar, qué pasa en la mente de estas personas que, por el apuro de salir de un problema o una crisis momentánea, terminan por tomar la decisión de quitarse la vida, y con ello dejan a un lado sus sueños por cumplir.
Entender el suicidio nos lleva dimensionar que este abarca un grave desenlace en la salud mental que en muchos casos se relaciona con el debilitamiento de las redes de apoyo social, baja autoestima, depresión, consumo de alcohol, entre muchos más factores que hacen que una persona apague la llama que en un momento se encendió.
Es difícil cuestionar o juzgar estas acciones que unos pueden llamar locura, cobardía y valentía. Debemos tener más empatía, más compañerismo, más hermandad, más solidaridad para abrazar y consolar a esas personas que en su interior callan tristeza, melancolía, desolación, soledad. Que la sabiduría invada a esas personas que necesitan un consejo para continuar con sus vidas y que estas estén llenas de felicidad.
Un abrazo a la distancia para todas esas familias que han tenido que despedir a un ser querido, mucha fortaleza para continuar sonriéndole a la vida y para seguir siendo fuertes y valientes a pesar de los inconvenientes y adversidades que enfrentemos en nuestro diario vivir. La vida es una y tratemos de vivirla al máximo sin hacerle daño a nadie.