A diario se demuestra lo intenso y grave de los casos de violencia contra la mujer. Sin embargo, cada vez son más quienes trabajan por defender sus derechos en el municipio de Pasto. Participan en los proyectos Lorena Medina, Paula Pineda, Tania Rodríguez, Dayra Santacruz, Natalia Sierra y Paola Pérez.
Con el pasar de los años se ha dejado de normalizar la violencia de todo tipo, en especial la de género en donde se ha demostrado que la mayoría de personas víctimas de violencia física, psicológica, sexual, institucional y demás, ha sido ejercida contra las mujeres, afectando negativamente su identidad y bienestar, constituyéndose como una violación a los derechos humanos.
De dicha violencia hace parte el sexismo y la misoginia, que se enfocan en el prejuicio y la discriminación basada en el sexo o género, refiriéndose a las condiciones o actitudes que promueven estereotipos culturalmente aprendidos, los cuales se basan en diferencias sexuales, además de la aversión, el desprecio o el odio hacia las mujeres, manifestándose con denigración, rechazo, discriminación y la anteriormente nombrada, violencia contra la mujer.
De igual manera, el organismo de la Organización de Naciones Unidas destinada a fomentar el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género, ONU Mujeres, resalta que existen varios tipos de violencia, que son los siguientes:
Violencia económica: basada en intentar conseguir la subordinación financiera de la otra persona mediante el control de sus propios ingresos o impidiéndole generarlos.
Violencia psicológica: consiste en intimidar o manipular a través de situaciones que son de importancia para el otro o la otra, por ejemplo, recurrir a la amenaza para conseguir lo que se quiere.
Violencia emocional: es someter a la otra persona a insultos constantes, minimizar sus ideas, hacerla sentir inferior a otras personas, o manifestarle que lo que hace es insuficiente.
Violencia física: fundada en propinar golpes, negar atención médica, realizar jalonazos y obligar a la persona a hacer algo mediante la fuerza física.
Violencia sexual: radica en constreñir a la persona para que haga parte de un acto sexual sin su consentimiento.
Asimismo, cabe resaltar que todo lo referente a actos sin aprobación por la otra parte, es considerada como violencia.
Dejando claro los hechos que hacen parte de la violencia contra la mujer y como información para identificarla; se continúa con la instauración de feminicidios en Colombia, la cual se dio mediante la Ley 1761 del año 2015 que creó el tipo penal de feminicidio y lo incluyó en el artículo 104A del Código Penal y en el 104B previó sus agravantes, por lo cual quien intente o asesine a una mujer por el hecho de serlo, se catalogará como feminicidio.
Feminicidios
Dicho proceso se llevó a cabo como parte de una convención para erradicar la violencia por razones de género, sin embargo, hoy en día, después de casi siete años, aún existen cifras alarmantes en cuanto a este tema.
Lo anterior lo podemos evidenciar gracias al ‘Informe sobre la violencia contra las mujeres en el municipio de Pasto durante el año 2020’ dirigido por Isabel Goyes Moreno, y presentado en diciembre de 2021 por parte del Observatorio de Género de Nariño adscrito a la Universidad de Nariño, el cual revela lo siguiente:
Cifras
A nivel general, los datos muestran que cada día del año 2020 al menos 3,3 mujeres fueron agredidas en Pasto. El 33,2% de los reportes involucra una menor de 18 años. En el 72,9%, la mujer violentada no reportó una ocupación remunerada. En el 89,1% de los casos, el agresor era hombre y en el 89,7%, tenía un vínculo con la mujer agredida: era familiar, su pareja, amigo o conocido.
Asesinatos
En el 58,2% de los casos de violencia física, las mujeres son golpeadas con cuerpos duros o herramientas cortantes pesadas, como machetes, cuchillos macizos o hachas. En este año, 8 mujeres fueron asesinadas, 2 por su pareja actual o pasada, 1 por un amigo y 3 fueron asesinadas en su vivienda. Estas cifras y sus tendencias a lo largo de los años indican que la agresión contra las mujeres por el hecho de ser mujeres tiene un comportamiento sistemático e intencional que la diferencia de otros tipos de violencia que pueden presentarse en el territorio.
El 79% de los eventos de violencia reportados ocurrieron en el hogar. El 74,3% de los casos corresponde a la cabecera del municipio. El 10,6% del total de casos de violencia reportados ocurrió en la comuna 5 conformada por 34 barrios, 3 del sur de la ciudad, que se ha caracterizado por concentrar estratos socioeconómicos 1 y 2 y ser la principal receptora de la población en condición de desplazamiento del municipio (Alcaldía de Pasto, 2014a, 2014b). De igual manera, en la comuna 4 se registró el 9,8% de los casos de violencia contra las mujeres reportados en el municipio; esta comuna está ubicada en la zona sur oriental de Pasto y comprende 33 barrios, 4 que albergan el 15,2% de la población desplazada (Alcaldía de Pasto, 2014b).
Sectores afectados
También es importante mencionar a la comuna 10, que representa el 8,4% del total de casos reportados para 2020 y según el Plan de Ordenamiento Territorial de Pasto se ha caracterizado por ser “la de mayor densificación en los últimos tiempos ya que en su interior se encuentra el sector de Aranda que se ha convertido en la zona de mayor expansión de la ciudad” (Alcaldía de Pasto, 2014; p.92), está ubicada en el corredor oriental de la ciudad y la conforman 41 barrios, 5 de estrato 1 y 2, en los que se asienta cerca del 19,2% de la población en condición de desplazamiento que habita en el municipio (Alcaldía de Pasto, 2014 a; 2014b).
En el análisis anteriormente descrito, también se da a conocer la importancia de mostrar a la comunidad las estadísticas, como una forma de prevención y llamado para aportar al desarrollo, destacando lo siguiente: “La violencia contra las mujeres por razón de género es una problemática que no solo afecta a las 185.522 mujeres que habitan el territorio de Pasto, sino que condiciona las dinámicas sociales y económicas de la región. Es un hecho que los países que garantizan a las mujeres el acceso a sus derechos en igualdad de condiciones tienen mejores índices de desarrollo humano, económico y social, ofreciendo una mejor calidad de vida para la población general; luego, es una característica de sociedades avanzadas y se espera que sea la dirección que se busque seguir en el municipio de Pasto.
Falta atención
La psicóloga Dayra Santacruz afirmó que la pandemia creo un portal para visibilizar todas las desigualdades sociales, entre ellas, las más notoria son las múltiples violencias hacia las niñas y mujeres. Lastimosamente a esta problemática no se le ha prestado la atención que merece, dejando a la deriva a las mujeres que a diario luchan por sobrevivir a un sistema que nos oprime, lo más preocupante es que pocos se interesan por el malestar emocional, por la salud mental de nuestras niñas y mujeres; por esta razón uno de los principales objetivos como psicóloga feminista es una atención de calidad, ya que es de suma importancia que ellas sean atendidas por personas que han estudiado el tema de las violencias estructurales, simbólicas y directas que han sometido a las mujeres durante siglos, y de esta forma no se caiga en la revictimización, moralismos o se les juzgue, esto, además de crear un espacio seguro, genuino y de cuidado.
Es triste cada vez que una consultante llega a contarte lo mal que la paso con otra u otro colega porque usualmente se culpa, algo que no es sencillo después de haber sufrido violencia machista porque muchas veces, la vergüenza y la culpa carcomen tu mente y tu alma.
Algunas de ellas son esposas que usualmente siguen con su pareja por amor a sus hijos o por el que dirán, quienes sienten malestar por dejar de cuidar, de cocinar, de demostrar que son excelentes profesionales. Quienes en muchas ocasiones se muestran en redes sociales con una vida perfecta, pero que por dentro sienten que no valen nada, que tienen miedo a pensar en sus vidas y tomar decisiones, que se sienten culpables, que tienen rabia pero que la ocultan porque a las mujeres no se nos ha permitido sentirla.
«Seguimos aprendiendo»
“El ser psicóloga con enfoque feminista ha sido una experiencia con grandes aprendizajes, el poder tener una cosmovisión centrada en temas de género y sexualidad, el tratar de romper el paradigma del destino que nos impone la sociedad tan profundamente patriarcal por ser mujeres, que lo que esperan de nosotras es que nos quedemos en casa como cuidadoras de las familias, de los hijos, que no tengamos una emancipación sexual, social, política y económica. La lucha de todas las mujeres a lo largo de la historia ha permitido que sigamos teniendo derecho al voto, educación, trabajo, y sobre todo sexuales y reproductivos”, dijo la psicóloga Dayhana Loaiza.
Mi contribución a esta lucha ha sido desde las redes, desde las calles y desde el diálogo pata compartir con personas que me rodean, lo que he aprendido sobre el feminismo, pero también ha sido desde el poder acompañar a mujeres que lo desean y lo necesita, para que trasformen sus vidas, sanen y se reconcilien con ellas mismas, con su cuerpo, sus emociones y pensamientos. Esto teniendo en cuenta que llegan a consulta por situaciones de violencia sexual, psicológica, laboral, o desde lo emocional por dificultades interpersonales, duelos inconclusos o por ser víctimas del amor romántico.
Terapias
Los resultados del asistir a terapia psicológica pueden variar por diversas causas, pero sin duda alguna se pueden sentir más tranquilas, confiadas y seguras de contarle a otra mujer sus experiencias, que probablemente ha vivido lo mismo o algo parecido. La lucha continúa hoy y siempre, pero sin pensarlo dos veces entre todas nos cuidamos.
Igualmente, por parte de ciudadanos también se rechaza este tipo de violencia, y además brindan información que puede ser de ayuda para mujeres que se encuentren pasando por dicha situación.
Más derechos
El docente Oscar Arévalo afirma que la violencia contra las mujeres es una problemática social que se ha dado a lo largo del tiempo; sin embargo, destaca que ahora se han ganado derechos gracias a la lucha de las mujeres y visibilidad ante la sociedad.
También promueve a que las mujeres hablen del tema con la amiga, familia, compañera de trabajo, docentes, e investiguen sobre el tema y entidades que ayudan a mujeres víctimas de violencia machista. También, comenta que si evidencia un caso de agresión iría a las instancias pertinentes y solicitaría apoyo de organizaciones feministas porque no confía en la policía.

