Por: Jaime Goyes Andrade
Desde hace muchos años los nariñenses venimos implorando por tener una carretera digna entre Pasto y Popayán, pero nuestras súplicas jamás han sido escuchadas por ningún presidente de la República ni si quiera por nuestros mismos congresistas que siempre se han hecho los de los ‘oídos sordos’.
Y obviamente a los congresistas de Nariño, gobernadores y alcaldes que han pasado a lo largo de las últimas décadas nunca les ha importado realizar proyectos en búsqueda de recursos para construir una buena vía, ya que a ellos no les afecta en nada, porque viajan en avión y gratis, ya que ni siquiera les toca pagar de su bolsillo los tiquetes aéreos, sino ya estarían quejándose por los altos costos.
Nariño por siglos ha estado en el abandono estatal y es uno de los departamentos con las peores carreteras de todo el país.
La vía Pasto- Popayán es una vergüenza nacional, tratándose de ser la llamada Panamericana que atraviesa el continente, pero por acá se quedaron en el pasado porque más parece una trocha para pasar a caballo.
Además de la pésima calzada hay que sumarle el ‘atracadero’ en el que se ha convertido, donde cientos de personas han sido despojadas de sus pertenencias e incluso de sus vehículos sin que las autoridades hayan hecho algo al respecto.
Sólo cuando hay una catástrofe como la del momento, se hacen los que se preocupan por exigir recursos para una buena vía, pero les aseguro que una vez vuelvan a reabrir esa peligrosa y porquería de carretera, todo seguirá igual, como si nada hubiera pasado.
Y si por un lado llueve, por el otro no escampa. Muchas personas no han podido salir de Nariño por el taponamiento de la vía y les ha tocado recurrir a los vuelos aéreos, pero una desagradable sorpresa se han llevado al ver que los tiquetes están a más de 1 millón de pesos por persona, incluso algunas aerolíneas están cobrando más de 2 millones de pesos.
¿Quién controla esos precios? ¿Por qué no sancionan a esas aerolíneas por aprovecharse de una tragedia para hacer más dinero?
Es totalmente reprochable lo que están haciendo con los nariñenses y turistas que se quedaron ‘atascados’ en la región y no pueden volver a sus sitios de estudio, vivienda o trabajo.
Aquí se comprueba el refrán que dice ‘al caído, caerle’ porque no entiendo cómo puede haber gente tan miserable que se aproveche de una tragedia. ¡Exigimos respeto!