Carlos Santa María.

Agosto 2022: ¿Colombia no tenía historia?

Por: Carlos Santa María

El reciente Consejo de ministros del gobierno Petro dejó en evidencia que el grave problema de salud tiene una existencia mínima de un cuarto de siglo y el origen esencial del problema proviene desde la ley 100 ordenada por el ex presidente de la República, Alvaro Uribe Vélez.

En esa época, la salud se convirtió en parte del mercado y el sujeto social en una mercancía, utilizando el peculio del estado, es decir, su presupuesto, para abultar las chequeras de supuestos emprendedores que desfinanciaron la salud definitivamente.

Esta reunión demostró claramente que los Medios Masivos de Desinformación planteaban el gravísimo problema de la salud desde 2016 con ejemplos claros sobre la falta de medicamentos, una atención ralentizada, los costos y precariedad que sumían a los enfermos, sin cuestionar jamás la causa fundamental que era el enriquecimiento de empresas que utilizaban el dinero estatal para crear nuevos ricos a costa de la pobreza del pueblo colombiano.

Estas herramientas de propaganda han intentado crear una nueva narrativa según la cual Colombia comenzó su declive al iniciar el gobierno popular, de modo similar como ahora lo dicen respecto a que fue USA la que derrotó a Hitler y sin reconocer que numerosos nazis fueron trasladados a esa nación y Canadá acrecentando las teorías genocidas, racistas, interventoras, en América Latina y el mundo.

La reforma a la salud, entendiendo que de ningún modo es perfecta, tiene una oposición decidida de las élites financieras, políticas y financieras, unidas en un frente común cuya ideología destructiva se esparce a través del odio y la falsedad por los presuntos comunicadores al servicio de la verdad cuya función es enturbiar la realidad al engañar a grandes masas de usuarios.

La situación es muy clara: la confrontación en todos los campos se presenta y continuará con mayor fuerza en la sociedad colombiana ya que la lucha mediática ha enfrentado posiciones progresistas como derechos del ciudadano contra las riquezas mal habidas de millonarios que no desean perder sus privilegios. Es la realidad.