Carlos Santa María.

Afganistán: ¿espectáculo de cobardía, caos y corrupción?

Ha causado conmoción y escozor la gélida explicación de la representante permanente de EE.UU. ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien ha dicho al canal Msnbc respecto a las personas intentando huir y aferrada a aviones estadounidenses en el Aeropuerto Internacional de Kabul: «Nuestros amigos y aliados no se cuelgan de aviones. Nuestros amigos y aliados están recibiendo el apoyo del Gobierno de EE.UU. y trabajamos todo el día para sacar a la gente».

Olvidó que USA ha estado 20 años en ese país con la explicación falsa de que perseguían a Osama bin Laden quien se escondía supuestamente en todo el país (¡!), y era el causante del ataque a las Torres Gemelas. Ocultaba que fue un autoatentado y que los perpetradores eran saudíes y no afganos. Esa acción tenebrosa que duró dos décadas costó la vida a más de 400.000 civiles entre niños, jóvenes, mujeres; 69.000 policías, 2448 militares estadounidenses, 1144 de la OTAN y 72 periodistas, entre muchas otras víctimas.

Hoy día los Medios Masivos de Desinformación hacen lo suyo para no encontrar la verdadera respuesta: muestran aviones cargados de gente, personas que caen desde las alturas, piden que no ataquen a las mujeres, publican titulares sensacionalistas predicando el apocalipsis, como una forma de no ver que el régimen estadounidense con Bush, Obama, Trump y Biden han martirizado a la nación en el más alto grado de criminalidad o de lesa humanidad.

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La respuesta de los autores ha sido coherente con su negativo pensamiento: la OTAN ha culpado a la clase política afgana, USA ha manifestado que nunca estuvieron sino para eliminar Al Qaeda y lo lograron, la Unión Europea propone el diálogo con los talibanes, aunque de refugio no dicen nada ya que el Boeing cargado de pueblo ha sido conducido a Uganda (África oriental), donde ubicarán “cómodamente” a los refugiados para mostrar la caridad occidental.

El espectáculo de cobardía, egoísmo y explotación ha sido consumado. Habrá otra guerra o amenaza pronto, pues el negocio debe continuar.

Por: Carlos Santa María