El Carnaval de Negros y Blancos, una de las festividades más representativas de Colombia y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, vivió este año una edición inolvidable, marcada por la integración de la tecnología en una celebración que tradicionalmente se vivía en las calles de Pasto. En un esfuerzo conjunto, las autoridades y las empresas de tecnología lograron hacer de este evento un hito histórico, permitiendo que su magia cruzara fronteras y llegara a millones de hogares en todo el mundo.
La propuesta fue audaz y profundamente humana: trece videocámaras fueron instaladas a lo largo de la senda del carnaval, cubriendo cada rincón de la fiesta con un enfoque único. Las cámaras, distribuidas de manera estratégica, no solo ofrecieron imágenes panorámicas del desfile y las comparsas, sino que captaron los momentos más emotivos y personales que definen la esencia de esta fiesta.
Esfuerzo
La risa de un niño pintado de negro, la alegría desbordante de los bailarines, el esfuerzo de los artesanos que exhiben sus imponentes carrozas y las emociones reflejadas en el rostro de una abuela saludando a los participantes desde su balcón; cada uno de estos instantes fue inmortalizado con la precisión de la tecnología, llevando la experiencia del carnaval a quienes no pudieron estar presentes físicamente.
Visión
Para Corpocarnaval, la entidad organizadora del evento, este avance significó un paso importante en la modernización de la fiesta, al mismo tiempo que permitía preservar y difundir la cultura local. “Gracias a la colaboración con Sistemas Palacios, pudimos garantizar una visión completa del recorrido, lo que no solo mejoró la logística y la seguridad, sino que permitió compartir la esencia del carnaval con aquellos que, por diversas razones, no podían vivirlo en las calles”, comentó uno de los directivos de Corpocarnaval. Esta integración tecnológica no solo mejoró la logística, sino que también abrió una ventana al mundo para que todos pudieran sentir la emoción y el fervor del Carnaval de Negros y Blancos.
Audiencia
Lo más impactante de este proyecto no fueron solo las impresionantes cifras de audiencia alcanzadas, sino la capacidad de la tecnología para transmitir emociones genuinas. Cada ángulo, cada toma de cámara y cada detalle fueron pensados no solo para mostrar el espectáculo, sino para acercar a la audiencia a la verdadera experiencia del carnaval. La transmisión en vivo, que se llevó a cabo a través de las redes sociales de CorpocarnavalL, logró conectar con millones de personas en diferentes partes del mundo, desde Japón hasta Alemania y Estados Unidos. Esta cobertura global permitió que muchos migrantes, que por años habían estado alejados de su tierra, pudieran revivir la alegría de su cultura desde la distancia. Un claro ejemplo de este impacto fue el testimonio de Carolina Díaz, una pastusa residente en España, quien compartió su emoción con las autoridades del carnaval. «Ver el carnaval desde otro país me llenó de orgullo y nostalgia. Pude mostrarle a mis hijos lo que significa mi tierra, su alegría y su tradición. Es algo que nunca olvidaré», dijo entre lágrimas, destacando cómo la tecnología le permitió compartir con sus seres queridos lo que representa el Carnaval de Negros y Blancos para ella, incluso desde miles de kilómetros de distancia.

