POR: VICTOR RIVAS Martínez.
El monte Sinaí, se ubica al nordeste de África y Asia. Es uno de los lugares más sagrados de la religión católica. Ya que fue el lugar en que Dios entregó a Moisés, los 10 mandamientos.
Recuerdo que mis profesores de religión, cuando estudiaba primaria, nos narraban este hecho bíblico. Esto era de película. Dios le habló a Moisés desde el fuego de una montaña y este recibió los 10 mandamientos escritos en dos tablas de piedra, para que perduren y sirvieran de guía moral y espiritual al pueblo hebreo. Me imagino el peso que tuvo que cargar Moisés, bajando desde el monte Sinaí, para cumplir con su tarea.
En tercero de primaria, me hicieron aprender de memoria los 10 mandamientos y los recitaba como cotorra, tal como lo hacía con las tablas de multiplicar.
Si lograba recitarlos de seguido, sin equivocarme sacaba 5 en religión. De no hacerlo o cuando los recitábamos parcialmente, esta calificación disminuía proporcionalmente a los errores. Para que no nos olvidemos, aquí se los repaso:
- Amarás a Dios sobre todas las cosas.
- No tomarás el nombre de Dios en vano.
- Santificarás las fiestas.
- Honrarás a tu padre y a tu madre.
- No matarás.
- No cometerás actos impuros.
- No robarás.
- No darás falso testimonio ni mentirás.
- No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
- No codiciarás los bienes ajenos.
Si de estos mandamientos, cumpliéramos en nuestra vida pública y privada, con el quinto, séptimo, octavo y décimo, viviríamos en paz y estaríamos salvados.
Ya que respetaríamos la vida, no robaríamos ni mentiríamos. Es decir, a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del Cesar.
Lástima que en la sociedad que vivimos, ya pocos conocen los 10 mandamientos y los practican. Por eso no se valora la vida, se roba descaradamente y se miente son sonrojarse. Terminada la semana santa, a revisar y cumplir los 10 mandamientos. Correo: rivas157@gmail.com
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