Editorial Diario del Sur

INTOLERANCIA QUE MATA

Nos preocupa sobremanera los casos de grave intolerancia que se vienen presentando en nuestro departamento de Nariño, los cuales ya han cobrado varias víctimas fatales en este comienzo de año.

En ese sentido inicialmente en Pasto, tuvimos el doloroso caso de dos personas que perdieron la vida a consecuencia de un enfrentamiento entre vecinos en un barrio de la capital nariñense. Nos parece inconcebible que una simple discusión seguramente originada por algún motivo baladí haya sido el detonante para unas muertes, lo que nos identifica una situación que viene haciendo carrera en nuestro medio, a la cual consideramos se le debe prestar la mayor atención.

No es posible, como lo vimos hace algunos días en el centro de Pasto, que un tropezón involuntario entre dos señoras que caminaban por un andén, haya dado lugar a un fortísimo enfrentamiento verbal, en desarrollo del cual, las protagonistas estuvieron a punto de irse a las manos.

Lo cierto es que basta salir a la ciudad, para observar por doquier toda clase de episodios de intolerancia: los vulgares insultos que se lanzan entre sí, los motoristas de buses, motocicletas y vehículos particulares, lo que nos hace pensar que estas personas se ponen al frente de un volante en un estado de máxima tensión, con los nervios de punta, como se dice de manera popular.

«Nos preocupa sobremanera los casos de grave intolerancia que se vienen presentando en nuestro departamento de Nariño, los cuales ya han cobrado varias víctimas fatales en este comienzo de año».

Se trata de una problemática que no es exclusiva de Pasto, sino que también se viene presentando en varios municipios de Nariño, con resultados verdaderamente trágicos como la pelea de vecinos a la que hicimos referencia al principio de esta nota Editorial.

Es así como resultado de esta violencia e intolerancia, le debemos la primera masacre que se acaba de registrar en estos primeros días del año, en nuestro departamento, con la muerte en la ciudad de Ipiales, de tres jóvenes, quienes fueron asesinados con arma de fuego al interior de un parqueadero, sangriento hecho que también se atribuye a la intolerancia que nos sigue matando.

De allí, el llamado que hacemos este domingo, el día más alegre del año, para que descontaminemos nuestros corazones de ese maléfico sentimiento que es la intolerancia que por estos días vemos por doquier.

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Entendemos muy bien que las situaciones que se vienen presentando desde comienzos del año, en nuestro Departamento de Nariño, no son para que nos sintamos contentos y exhibamos una sonrisa de oreja a oreja.  En efecto, tenemos que abrimos este 2023 con una serie de alzas, que nos dejado los bolsillos al revés y encima de esto, ahora tenemos que un hecho totalmente inesperado, como lo es el bloqueo de la vía Panamericana en el sector de Rosas en el Cauca, nos empezó a mortificar la vida, puesto que ya estamos enfrentado una aguda escasez de gasolina y de gas domiciliario,

Tenemos entonces, que como lo expresa el adagio popular, “el palo no está para cucharas”, puesto que las situaciones que empezamos a enfrentar no son precisamente las mejores, pero de lo que sí estamos seguros es que ello, no constituye un motivo para que peleemos y nos matemos, como viene ocurriendo en los últimos días en nuestro medio. Es también verdad, que los avatares a los que nos vimos expuestos por culpa de la pandemia de la Covid-19, también influyó emocionalmente en muchas personas, de las que no se puede desconocer que se vieron gravemente afectadas debido a este hecho histórico, pero se trata de un triste episodio que ya tenemos que dejar atrás.

Creemos que es el momento de ponerle buena cara al mal tiempo, para evitar la ocurrencia de más hechos lamentables a consecuencia de la maldita intolerancia.