Tatiana Solarte

Hipersensibilidad sensorial y festividades navideñas

Por: Tatiana Solarte Hoyos.

La llegada de la Navidad para muchos supone una época de alegría y fiesta. Sin embargo, para algunas familias se convierte en todo un caos, debido a la dificultad que presentan sus hijos a causa de la Hipersensibilidad sensorial.

Los sentidos son la primera conexión con el mundo externo, y existen niños que nacen con excesiva sensibilidad, entendiendo el mundo a través de esta condición. En navidad la ansiedad puede ser profunda, al percibir saturación en los ambientes que los rodean, incluyendo luces, sonidos, exceso de comida, algarabía (típica de las fiestas decembrinas), entre otros. El tener un pequeñito con esta condición, puede hacer que cualquier festejo sea un momento de estrés, y es que no hablamos de cualquier festejo, hablamos de Navidad y Fin de año … ¡Fiestas que celebra todo el mundo al mismo tiempo!

Es muy común ver a niños que se desorganizan por diferentes causas: el exceso de dulce en la comida, el volumen alto de la música, las luces intensas, los instrumentos musicales, usar ropa nueva, visitar otra casa, ver caras extrañas, los adornos, los fuegos artificiales, dormir en otro lugar que no es su casa, entre otros; cualquiera de estas situaciones podría fácilmente ser el detonante de una crisis. Si, todo esto suena agotador, tanto para el niño (física y emocionalmente) como para los padres, pero tranquilos existen estrategias que bien manejadas podrían ayudar a apaciguar muchos de estos comportamientos.

Iniciamos recordando, que, en esta época, las rutinas comúnmente se ven interrumpidas. Si el niño(a) está en el colegio o jardín, es posible que no vaya a sus clases habituales. Suelen quedarse despiertos hasta mas tarde, comer en diferentes momentos, viajar a lugares que normalmente no lo hacían y visitar a familiares no habituales. Crear planificación de rutina, que les permita pasar de una parte del día a otra puede ser de gran ayuda. Mantener los horarios de las comidas y las señales claras, así como la hora de acostarse (cerca de la que están acostumbrados), va a ayudarles a sentirse seguros.

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Si se dispone de una casa lo suficientemente grande, se puede apartar una habitación o incluso una pequeña tienda de campaña, con varias de sus cosas favoritas y elementos que le recuerden su hogar, para apartarlo a un ambiente de calma. Si sucede lo inevitable y el niño se angustia, es importante ´una sola` presencia tranquila, pues es común que muchas personas intenten ayudar de inmediato. El instinto de los abuelos y familiares cercanos, para intentar distraerlos, es probar las tácticas que conocen: traer juguetes, objetos o realizar juegos que en ocasiones pueden ser sobre estimulantes … ¡y esto solo puede empeorar las cosas!

El uso de protectores auditivos en aquellos momentos en los que los sonidos se vuelven inmanejables, evitar el consumo excesivo de dulces (puesto que esto aumenta el nivel de alerta y los vuelve mas inquietos), pueden ser también estrategias útiles a la hora de manejar a estos pequeños.

Los apoyos sensoriales, la anticipación de las actividades y la estructura, ayudarán a minimizar los signos, haciendo que el niño(a) tenga mas control sobre su entorno y … ¡disfrute más de estas festividades!.