Manuel Rosero, periodista deportivo.

Vuelve el espíritu navideño

Por: Manuel Antonio Rosero Trejo

Después de dos años de incertidumbre y desazón por la presencia del coronavirus, el cual sigue entre nosotros, y en medio de la relativa normalidad nos aprestamos a celebrar la Navidad en este 2022.

Por supuesto que resurge el eterno debate sobre estas festividades por un lado, las personas que ven en ella un momento de refundación de los valores que nos hacen mejores como individuos y como sociedad, un revivir del deseo de paz y concordia; por otro, los detractores que la acusan de haberse convertido en un mero artefacto del capitalismo liberal.

A la Navidad la rodea siempre mucho ruido, y es que seguramente hay tantas navidades como individuos y familias. Esa es la razón por la que en ella conviven esa llamada a purificarnos a través del amor a los demás con la versión más codiciosa del marketing.

Que se imponga una u otra depende muchas veces de las circunstancias. Y las actuales, marcadas todavía por la crisis post-pandemia y la guerra y sus consecuencias, económicas por un lado y de extrema polarización ideológica por otro, quizá den como resultado que las próximas Navidades se decanten más hacia esa toma de conciencia que sirve para extender la mano hacia los más vulnerables y para entender que es desde las soluciones colectivas que podemos ser más resilientes y afrontar con mayor optimismo las incertidumbres del futuro inmediato.

Estas será una Navidad en donde se debe hacer un alto en el camino y recordar a quienes no están con nosotros, ya sea por efecto de la pandemia u otra circunstancia, y revaluar nuestros objetivos y que estos son solo sean los materiales, sino que tengan un trasfondo más espiritual.

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Estos dos años de incertidumbre no pueden pasar en vano y ojalá que los efectos del confinamiento y sus consecuencias sirvan para renovarnos como personas y que todas esas promesas de cambio y solidaridad con las demás personas no se conviertan en palabras al viento sin que dejen huella en nuestros corazones.

En fin, desde este 16 de diciembre veremos otra vez las reuniones tanto en barrios, empresas, conjuntos cerrados, rezando la novena después de dos años de no tener la oportunidad de estar junto a nuestros seres queridos, solo queda que el espíritu navideño sea una parte más que importante en esta época y que sirva para la reconciliación y los buenos augurios para el próximo año.