Jorge Carvajal

¡VOLVAMOS A JUGAR AGUINALDOS!

POR JORGE HERNANDO CARVAJAL PÉREZ

Entre las tradiciones navideñas que se han perdido en aras de la modernidad que hoy vivimos, está la del juego de aguinaldos, que ya muy poco se ven, a pesar de que eran muy divertidos y me consta que más de un romance con matrimonio incluido, nació del “beso robado”.

En efecto, eran diversas clases de juegos que se comenzaban a practicar desde los primeros días de diciembre y que tenían su apogeo con el comienzo de la Novena de Aguinaldos, a partir del 16 de diciembre, con diversas pruebas, en las que todos participaban, lo que era causa de alegre integración entre familiares y amigos y el perdedor le debía entregar un regalo al ganador. Pero más que eso, sobre todo en los años de mi infancia y adolescencia, considero que más importante que tener que dar regalos o competir por ser el mejor, los juegos de aguinaldos, que ojalá revivan en esta temporada, se constituían en unos instantes maravillosos para compartir con nuestros seres queridos.

Por ello, entre mis más gratos recuerdos, está cuando jugaba al sí y al no, donde uno no podía decir esas palabras o perdía. También, me encantaba el beso robado, en el que se debía sorprender al oponente, lo que se iba contabilizando hasta establecer el ganador el 24 de diciembre, juego del que nunca fui ganador, pero no me arrepiento puesto que me deje robar muchos besitos de hermosas damitas, por lo que como dice el profesor Francisco Maturana, perder es ganar un poco…

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Otro juego muy popular en su época era el de palito en boca el cual les encanta a varios amigos míos y que consiste en que, para no perder, siempre hay que tener algo en la boca, cada vez que la persona con la que se está compitiendo, le diga ¡palito en boca!

También, como no recordar el dar y no recibir, el cual era un juego de riesgo ya que todos sabemos de qué diciembre es el mes donde se entregan regalos, por lo que el peligro de perder era bastante alto. Esto en razón a que el juego consiste en que se debe hacer que el rival reciba el regalo, para de inmediato gritar ¡mis aguinaldos!

Aunque sé que los celulares y las redes sociales son el enemigo, ojalá en esta temporada navideña que estamos viviendo con enorme alegría, luego de las limitaciones que durante 2 años nos causó la emergencia sanitaria, se revivieran los juegos de aguinaldos. Les garantizó que nos harán pasar momentos inolvidables.