Por: Claudia Zambrano Erazo
Cada siete de diciembre, en la noche, los nariñenses salimos a las calles para llenarlas de luz. Millones de velitas se encienden en los barrios de la ciudad para celebrar la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Las velitas y faroles de todos los colores, llenan de magia la noche con la que inicia oficialmente la Navidad a la vez que recordamos como creyentes católicos la noche en la que el Arcángel Gabriel anunció a María que fue la elegida, desde antes de su nacimiento, para ser la madre de Jesús.
Esta ceremonia se originó en 1854, cuando el Papa IX proclamó el 8 de diciembre como el de la Virgen María y miles de peregrinos fueron a la plaza de Roma a participar en la vigilia, con velas y candelabros, como una forma de respeto y devoción.
Hoy cuando prácticamente le damos la bienvenida a la Navidad es el momento perfecto para reconciliarnos con nosotros mismos y de la misma manera con las personas que nos rodean, esta noche cuando encendamos la luz en nuestros hogares debemos hacerlo con la fe de que vendrán cosas lindas para nuestros seres queridos.
Espero de todo corazón que la Virgen María ilumine cada uno de sus hogares y que esa velita que esta noche se enciende sea la luz para alcanzar sueños y principalmente para poder sanar las heridas que de alguna u otra manera nos hicieron en el pasado.
Ahora que llegó la época más esperada del año: La Navidad, es el tiempo perfecto para reencontrarnos con las familias, amigos y compañeros, es el momento de perdonar y pedir perdón, sanemos nuestro corazón y mente para que lleguen cosas más puras, más lindas y de alguna manera para poco a poco seguir construyendo un mejor lugar para vivir.
Bienvenida Navidad y bienvenida la Inmaculada Concepción y que junto con estas fechas tan especiales para los católicos, nazca en cada uno de nuestros hogares las ganas de ser mejores personas, de poder construir desde el amor y con la convicción de que solo desde la educación y el acompañamiento podremos ser un mejor país, una mejor sociedad.
Que los deseos que con amor se piden esta noche se conviertan en realidad y que cada persona se prepare para recibir a Jesús en su corazón y vida. Espero que esta Navidad el amor, la felicidad y la salud sean la combinación perfecta para disfrutarla y que tengamos la convicción de que la fe mueve montañas y todo lo que se hace para bien siempre es recompensado.