Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera
En las últimas entregas de la columna de opinión que nuestro director Hernando Suárez Burgos, me permite escribir los días jueves en este prestigioso medio de comunicación, hice referencia al desarrollo del concurso docente y las irregularidades denunciadas frente al mismo en algunos departamentos de nuestro país. Si bien es cierto en el Departamento de Nariño no se han presentado denuncias que van en contra de la transparencia de dicho concurso, es preciso indicar algunas irregularidades que se pudieron presentar al momento de reportar las vacantes ofertadas en este concurso. Departamentos como Antioquía, Cundinamarca, Santander y Huila presentaron una oferta alta de vacantes para el concurso, mientras que nuestro departamento reporto un número ínfimo en comparación con los demás.
El departamento de Antioquia por ejemplo, reporto más de 3064 cargos vacantes entre docentes, coordinadores y rectores, Atlántico 565, Caldas 653 vacantes, Boyacá 1350, Cesar 1266, Cundinamarca 1512, Huila 1120, Santander 976 mientras que Nariño tan solo 147 vacantes.
Si discriminamos los cargos ofertados en el Departamento de Nariño encontramos que se oferto 1 solo cargo para docente de primaria, 12 vacantes para preescolar, 1 vacante para Informática, 4 vacantes para ciencias naturales, y así puedo seguir compartiendo estos datos, que parecen, totalmente alejados de la realidad, en donde escuchamos continuamente la falta de docentes a lo largo y ancho del departamento.
Cuando comencé a revisar estos datos, recordé la anécdota que me conto una docente que tuvo que ser trasladada desde otro departamento al municipio de Pasto, pues había sido amenazada de muerte, ella tuvo que instalarse en nuestro municipio a la espera de asignación de plaza por parte de la secretaria de educación municipal, este traslado fue aprobado desde la Comisión Nacional de Servicio Civil por el riesgo que significaba que la docente y su núcleo familiar continuaran en su antiguo lugar de trabajo.
Al llegar la profesora a Pasto, fue recibida con desdén por parte de los funcionarios de la secretaria, quienes mes tras mes le decían que no habían vacantes y que era mejor que se devolviera al departamento en donde antes laboraba, a pesar de saber del motivo por el cual tuvo que salir de su antigua plaza. Así la profesora en cuestión tuvo que mantenerse durante un año, situación que se volvió insostenible por los malos tratos recibidos por los funcionarios hasta que, cansada de lo que estaba viviendo, tuvo que comunicarse directamente con la Cnsc para encontrar una salida al problema.
Desde la comisión llamaron directamente al secretario de educación de aquella época, lo que le dijeron, se queda entre la funcionaria de la comisión y el secretario, lo que si es cierto es que a la docente le hicieron escoger inmediatamente entre más de 20 plazas que estaban vacantes pero que no habían sido reportadas.
El run run de plazas ocultas, mandamases azules y favores políticos por lo visto siguen rampantes en el panorama educativo, y lo peor es que nadie dice nada y quienes conocen del tema, con su silencio cómplice lo único que hacen es aportar en la corrupción que reina en nuestro país.

