Por Mauricio Fernando Muñoz Mazuera
Días atrás el gremio de taxistas de Pasto realizaron una manifestación en las calles de la ciudad para exigirle al alcalde, entre otras cosas, acabar con el servicio de transporte que se presta a través de plataformas virtuales, de igual manera pedían modificar el pico y placa para los taxis dejándolo en un solo dígito, además solicitaban decretar un nuevo pico y placa para los autos y motos particulares en donde se prohíba su uso el día sábado.
Tengo varios amigos taxistas, hasta mi padre, tiempo atrás realizó esta difícil profesión, en medio del estrés de las calles, la inseguridad y la dificultad que todo trabajo conlleva, pero la realidad del gremio de los taxistas en el momento deja mucho que desear, y esto quedo claro con el nulo respaldo recibido por parte del gremio durante su manifestación, llegando a ser rechazados y culpados de los problemas que viven debido a la mala prestación del servicio de transporte. No nos digamos mentiras, en Pasto produce temor tomar un taxi, en primer lugar porque, si vives en la periferia de Pasto y quieres llegar al centro de la misma o algún barrio también periférico, muy seguramente el precio de la carrera oscilará entre los 7 mil a los 10 mil pesos, y esto en fechas ordinarias, pero si se trata de fechas especiales como diciembre, los valores son mayores, no hay tarjeta de operación que valga para algunos taxistas, la realidad es esa, los cobros son exagerados.
El otro temor es el clásico «para allá no voy» la frase lapidaria con la cual, justifican la no prestación del servicio de transporte, y si por alguna circunstancia deben llevar al pasajero, la carrera se vuelve un monólogo del porque para allá no va o da mil y un razones del porque el precio de la carrera es muy barato y demás e incluso, llegan al punto de discutir de forma airada con el usuario, convirtiendo la carrera en un verdadero infierno. La pésima prestación del servicio de transporte en nuestra ciudad, sumada a factores como el desempleo y el nulo carácter de nuestros gobernantes han hecho, que fenómenos como el mototaxismo estén presentes en la ciudad y serán también los causantes que las plataformas virtuales de trasporte se fortalezcan aún más en Pasto. Lo irrisorio del cuento es que, algunos miembros del gremio de taxistas se han dedicado a «cazar» a los carros particulares que prestan este servicio, llegando al extremo de buscar linchar a los conductores de Uber, pero no son capaces de hacer un carrera a una persona que sale de un hospital, porque, según ellos «ya debe entregar el carro al patrón»
Bastante he escrito sobre este tema y el cómo los taxistas siguen en las mismas, cobijados en una administración municipal que no se faja los pantalones frente al problema del transporte en la ciudad, pero lo del jueves pasado merece una reflexión. La mayor parte de Pastusos no sienten empatía por el gremio de taxistas, el rechazo llega a tal punto que, en un post en Facebook de más de 1.200 comentarios, el 90% de estos es en contra de los conductores de taxis, quienes con la mala prestación del servicio de transporte, malgenio y prepotencia han abonado el terreno para este rechazó generalizado.
Espero con ansias el día en el cual, la secretaria de tránsito cumpla su deber frente a este gremio y si no quieren prestar el servicio al cual se dedican, los malos taxistas sean castigados como debe ser, con la retención del vehículo y un comparendo tal como lo dice el artículo 131 del código nacional de Policía en su inciso E2 sin disfrazar el mismo en la alteración del orden público, porque en sí, la no prestación de servicio interrumpe el orden público puesto que, los taxis existen para eso, para prestar un servicio, no para que sus conductores descarguen su mal genio y frustración en quienes, de alguna manera, al pagar una carrera, inciden positivamente en el sustento del conductor y su familia

