La Organización de las Naciones Unidas, ONU, informó en las últimas horas que en lo que va corrido del presente año en Colombia, 95 mil personas han vivido confinadas, sin poder moverse de sus comunidades o casas por el conflicto armado, cifra que corresponde hasta el mes de septiembre.
Al respecto, la ONU dijo que una de las zonas mayormente afectadas por esta situación es la de la costa pacífica de Nariño, donde los permanentes enfrentamientos entre grupos alzados en armas son la causa para que miles de personas, entre hombres, mujeres y niños, tengan que permanecer encerrados en sus viviendas.
En torno a esta situación la ONU señaló que ese número cercano a las 100 mil personas confinadas se constituye en el más alto en diez años, a pesar de que desde el reciente anuncio de iniciar diálogos de paz con los grupos armados se nota una mejoría en esta crisis.
Desplazamiento
Los confinamientos, sumados a las 74.000 personas que fueron víctimas de desplazamiento masivo de enero a septiembre, dejan «una situación bastante compleja que afecta a 175.000 personas», según dijo la jefa en Colombia de la Oficina de la ONU para Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha), Claudia Rodríguez.
Sin embargo, la ONU quiso resaltar que «por primera vez desde hace bastante tiempo ha habido una disminución de la violencia durante el mes de septiembre comparado a meses anteriores», con «menos enfrentamientos».
Esta «disminución de la violencia» coincide con los anuncios realizados por el Gobierno de Gustavo Petro de diálogos dirigidos a conseguir la «paz total» con los diversos grupos armados ilegales que actúan en Colombia y un anuncio del cese al fuego unilateral por parte de una decena de estos.
“Signos buenos”
El equipo humanitario de la ONU ve «signos buenos» en esos acercamientos, como el hecho de que el nuevo Gobierno reconozca que «hay una situación» de conflicto y quiera «atacar a todas las causas estructurales que causan la situación que tenemos».
Pero «la paz no se construye en un día, es un proceso que va a tardar tiempo», recuerda Rodríguez, que hace énfasis en que las «comunidades siguen teniendo una situación muy complicada por la situación de seguridad en territorio, restricciones a la movilidad, falta de acceso a servicios de base».
Falta de financiación
El equipo humanitario en Colombia, conformado por más de un centenar de agencias de la ONU y ONG locales e internacionales, estimó que para este año en torno al 15 % de la población necesitaría asistencia humanitaria, es decir, 7,7 millones de persona de las cuales un tercio son niños y niñas.
Sin embargo, hay una desfinanciación de la crisis humanitaria que vive Colombia, «que se puede comparar a muchas crisis en el mundo», comentó en un encuentro con medios el director del Consejo Noruego de Refugiados (NRC) en Colombia, Juan Gabriel Wells.
De los 283 millones de dólares que se solicitó a la comunidad internacional para dar respuesta a 1,4 millones de todas esas personas en necesidad humanitaria, apenas se ha conseguido un cuarto de la financiación, lo que es una brecha muy profunda con respecto a otras crisis como la de Ucrania, Yemen o Sudán del Sur y que está dejando «de lado a miles y miles de personas», indicó Wells.
Números alarmantes
Según las últimas cifras reveladas, en 2022 al menos 2 millones de niños y niñas aún no recibían clases presenciales en el país y 6,3 millones de personas tienen problemas para acceder a sistemas de salud.
Además, hay un incremento alarmante de reclutamiento, uso y utilización de menores de edad, incluidos migrantes y refugiados venezolanos, por parte de grupos armados y 99 personas han sido afectadas por minas antipersonales.
A pesar de que las cifras «son comparables a la situación en otros países, no hay atención suficiente a la situación humanitaria», lamentó el Equipo Humanitario de Colombia.

