Por: Iván Sotelo
El avance que la ciudad de Pasto ha tenido en estos últimos años sin duda ha marcado el inicio de grandes cambios, los cuales se ven cada vez más reflejados en distintas problemáticas de las que somos víctimas los pastusos, y no es de admirar que los cambios también lleven consigo distintas situaciones que afectan sin duda a cada uno de la población.
Ya se presentan cada vez más seguido accidentes, robos e incluso y lastimosamente se han vuelto comunes los asesinatos en la ciudad.
Es complejo pensar que ya Pasto se enfrenta a esos problemas sociales de las grandes ciudades y se corre el riesgo de perder ciertas características que hacen parte de la identidad pastusa.
Poco a poco nos estamos encerrando más en nuestro núcleo y ya se siente cada vez más el temor de atender a los llamados de personas que necesitan ayuda. También es importante destacar que en muchas ocasiones son los métodos de seguridad a los cuales las personas se han visto obligadas a recurrir, puesto que no es suficiente la seguridad de la ciudad, pero esto no es por culpa de los entes de control, puesto que es imposible tener un policía en cada cuadra.
Independientemente de que en ciertos momentos no es suficiente lo que más afecta a las comunidades es la carencia de empatía y responsabilidad social con el otro. Cada vez nos encerramos en una burbuja repitiendo la frase que mientras no nos afecte a nosotros no tengo por qué intervenir. Es triste ver que cada vez son más las personas que simplemente se limitan a ver o a grabar los sucesos que pueden llegar afectar a los demás.
Creo que hemos sido víctimas del morbo y amarillismo en nuestra comunidad y cuando sucede algo lo primero que se intenta hacer es buscar el mejor ángulo para mostrar el problema que sucede.
Es frustrante cómo nos interesa más el chisme que ayudar y sin duda eso ha motivado a que la delincuencia tenga un mayor impacto. Nos hemos vuelto ‘solidarios’ con el delincuente facilitándole el trabajo dejando que prácticamente haga lo que desea y se apodere de la ciudad.
Nuestra responsabilidad social como ciudadano debe caber en cada aspecto de nuestra vida. Simples hechos lograrían grandes cambios pero en muchas ocasiones no nos interesa nada más que nosotros, la falta cultura ciudadana ha convertido espacios comunes en sitios de abandono mirar los parques deteriorados no solo depende de las administraciones si no de cada ciudadano el hacer un adecuado uso de las zonas y también brindar protección a esas zonas con esto no estoy haciendo un llamado a la violencia pero si a un sentido de pertenencia a enseñar a los niños a no arrojar basura, a cuidar los parques y ayudar a las personas.

