Jaime Goyes

Una buena lección

Por: Jaime Goyes Andrade

 “Cuando Gandhi estudiaba Derecho en Londres, un profesor de apellido Peters le tenía mala voluntad; pero el alumno Gandhi nunca le bajó la cabeza y eran muy comunes sus encuentros».

Un día Peters estaba almorzando en el comedor de la universidad y el alumno viene con su bandeja y se sienta a su lado; el profesor, altanero, le dice: ‘joven Gandhi, usted no entiende! Un puerco y un pájaro, no se sientan a comer juntos’; a lo que Gandhi le contesta: ‘esté usted tranquilo profesor, yo me voy volando’ y se cambió de mesa.

El Señor Peters verde de rabia, decide vengarse en el próximo examen; pero el alumno responde con brillantez a todas las preguntas. Entonces le hace la siguiente interpelación: ‘Gandhi, usted va caminando por la calle y se encuentra con una bolsa, dentro de ella está la sabiduría y mucho dinero, ¿cuál de los dos se lleva?’ Gandhi responde sin titubear: ¡Claro que el dinero, profesor! El docente sonriendo le dice ‘Yo, en su lugar, hubiera agarrado la sabiduría, ¿no le parece?’ y Gandhi le responde: ‘cada uno toma lo que no tiene profesor’

El catedrático Peters, histérico ya, le escribe en la hoja del examen ‘idiota’ y se la devuelve al joven.

Gandhi toma la hoja y se sienta. Al cabo de unos minutos se dirige hacia el docente y le dice: Profesor Peters, usted me ha firmado la hoja, pero no me puso la nota”.

De esta manera, el abogado, pensador, político hinduista y defensor de los derechos humanos,

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Mahatma Gandhi, desde que era un estudiante demostraba su gran inteligencia y el por qué nadie debe pasar por encima de otra persona solo porque no tiene el mismo nivel educativo.

Supongo que el docente nunca más volvió a molestar a Gandhi, quien de manera inteligente y sin necesidad de insultar ni mucho menos irse a los golpes, demostraba que solo con las palabras se puede ‘desarmar’ a la persona que quiere herirnos o humillarnos.

Gandhi fue allegado a León Tolstoi (novelista ruso, considerado uno de los escritores más importantes de la literatura mundial), quien influyó en su concepto de resistencia no violenta.

De ellos debemos aprender que para hacer valer nuestros derechos como seres humanos, no necesitamos recurrir a la violencia.

Entonces si queremos lograr ser escuchados y que nos respeten, debemos tomar otras medidas que no sean actos violentos, tal como Gandhi lo hacía.

Esta historia no es corroborada y no sabemos si es cierto que ocurrió en la vida de Ghandi, pero deja una importante enseñanza y vale la pena leerla.