La historia de Rosa Elvira y su esposo Milton Marín Maigual es como la de muchos nariñenses quienes por el conflicto armado debieron dejar sus tierras y escapar de la violencia que se vivía en el departamento de Nariño por la presencia de las Farc.
Sin embargo, gracias al proceso de restitución de tierras, esta mujer regresó con su esposo y sus hijos William Iván, María Liliana y Jenny Andrea a su predio denominando Llano Grande en el corregimiento de Agustín Agualongo, municipio de Tangua, para hacer realidad su sueño y llevar a cabo su proyecto productivo de sala de ordeño y ganadería doble propósito.
Hoy en día en su terreno, que cuenta con una extensión de aproximadamente 5 hectáreas, esta familia campesina con la verraquera de querer salir adelante goza de este emprendimiento económicamente sustentable, el cual debido a su gran producción lechera se convirtió en proveedor de Lácteos del Valle y empresas como Alquería.
Ahora Rosa es reconocida en la región y dice que el proyecto productivo de la unidad cambió su vida.
“Estamos agradecidos por esta oportunidad, tenemos un proyecto para mantener a nuestra familia. Contamos con las garantías para seguir produciendo algo de calidad que sirve de apoyo para todos los nariñenses”, dijo.
Explicó que pese a la situación difícil que vivió en el 2000, cuando tuvo que abandonar su vivienda y salir escapando junto con toda su familia por la presencia de la Compañía Jacinto Mallana y el frente 32 dirigidos por alias Farin, ahora puede contar otra historia y ser ejemplo de que los sueños se cumplen cuando se hacen con esfuerzo y garantizando calidad en el producto.