Jorge Carvajal

Isabel II, la reina de las bromas

POR: JORGE HERNANDO CARVAJAL P.

Cualquiera se podría imaginar que la recientemente fallecida Reina Isabel de Inglaterra era una persona seria y aburrida. ¡Nada de eso! En realidad, le encantaban las bromas, por lo que, a través de su prolongado reinado de 70 años, fue protagonista de una serie de anécdotas, que en más de una ocasión la hicieron desternillar de la risa.

De acuerdo con sus allegados, uno de los episodios que más gracia le causaba a la soberana, fue cuando un día lluvioso salió a caminar cerca de su residencia escocesa de Balmoral, en compañía de su mayordomo y se encontró con un grupo de turistas de Estados Unidos, quienes no la reconocieron porque estaba envuelta en un impermeable.

Los turistas le dijeron que, dado que vivía cerca de la casa de la Reina, la conocía.

No yo, no la conozco, pero él sí es amigo de ella, dijo señalando a su mayordomo. Entonces, muy comedidamente, los turistas le pidieron a la Reina que les tomará una fotografía con su mayordomo».

loading...

Otra muestra del excelente humor que tenía la Reina Isabel II, fue cuando un político tuvo la vergüenza de que le sonara su teléfono celular, precisamente en el momento en que sostenía una conversación privada con la soberana. Lo cierto es que luego de que apagara el teléfono, la Reina le dijo “Espero que no haya sido alguien importante.”

También en otra ocasión, cuando estaba haciendo compras en un almacén, uno de los vendedores le dijo: “Usted se parece exactamente a la reina” a lo que la soberana respondió: “Que tranquilizador”

Además, la Reina Isabel II era según sus allegados una excelente imitadora y al respecto se dice que, en ese aspecto, era una experta en representar al exmandatario ruso, Boris Yeltsin y otros políticos, sacerdotes y personajes famosos de la televisión.

Precisamente, como amante del humor, la reina conoció a muchos cómicos, entre ellos, al legendario Tommy Cooper, quien en alguna ocasión le preguntó si le gustaba el fútbol, a lo que la Reina le respondió que no estaba interesada en ese deporte y entonces, el humorista le dijo: “Entonces, ¿me puede regalar sus entradas a la final de la Copa?

La verdad es que a Isabel II le gustaba lo absurdo y por eso cuando las cosas salían mal, lo más seguro es que le causaran risa antes que enojo, lo que es una gran filosofía de la vida, lo que explicaría que hubiera llegado a los 97 años de vida.