Desde la tarde del jueves, se volvieron a registrar episodios de desplazamientos en la costa pacífica de Nariño, de acuerdo con la información suministrada por la Secretaría de Gobierno del Departamento.
De acuerdo con las informaciones que se han conocido hasta el momento, el epicentro de esta delicada situación es el denominado Triángulo del Telembí, que comprende los municipios de Magüí, Roberto Payán y Barbacoas.
Por esta razón se calcula que en lo que va corrido del año, cerca de 8.000 personas han tenido que abandonar sus viviendas, a consecuencia de los constantes enfrentamientos que protagonizan grupos armados ilegales que se disputan territorio para actividades del narcotráfico.
Situación delicada
Al respecto, Médicos Sin Frontera señaló que el fenómeno del desplazamiento en la costa Pacífica de Nariño, que se había moderado desde hacía unos dos meses, se volvió a reactivar en las últimas horas en el llamado Triángulo de Telembí. Al parecer este hecho se debe a nuevos combates entre organizaciones ilegales, así como amenazas e intimidaciones por parte de los grupos armados a las comunidades.
Igualmente, otros parajes de la costa pacífica de Nariño, como Bocas de Satinga en Olaya Herrera, Santa Bárbara y El Charco, han comenzado de nuevo a padecer las angustias del desplazamiento forzado, dando lugar a una angustiosa situación. Igualmente, se trata de establecer sí cerca de 2 mil personas permanecen confinadas en zona de la parte alta del río Patía.
Grave emergencia
Se indicó que los nuevos desplazamientos que se presentan desde las últimas horas en el Triángulo del Telembí, son protagonizados por personas residentes en las zonas rurales, con un alto porcentaje de afrodescendientes, sin embargo, también se habla de familias indígenas.
Se trata de una situación preocupante, puesto que como ya ha visto en situaciones similares, los municipios que acogen a esta población desplazada, carecen de los más elementales servicios y recursos, para atender la cantidad de hombres, mujeres y niños que llegan a las cabeceras municipales.
Allí, aunque se dispone de albergues, se presentan impresionantes casos de hacinamiento, puesto que se carece de baños, agua potable y comida, por lo que se generan riesgos de epidemias con la aparición de enfermedades respiratorias y gastrointestinales.
Gran inquietud
Los nuevos desplazamientos presentan una gran inquietud en el departamento de Nariño, puesto que se trata de un fenómeno que se viene registrando desde el 2020, año en el que se registraron un poco más de diez mil desplazados. Sobre el particular, se recuerda que, en el 2021, la crisis se agravó puesto que 23 mil personas tuvieron que desplazarse, cifra que como están las cosas en los actuales momentos, se podría ver ampliamente superada en estos menos de 4 meses que faltan para que finalice este 2022.
La gran preocupación de las autoridades es que gran parte de los desplazados son niños y mujeres, que, de esta manera, son protagonistas de una gran tragedia humanitaria que parece no tener fin, ante el incremento de la violencia en vastos sectores del país, entre ellos la costa pacífica de Nariño.
Situación diferente
Según el análisis que hacen de la situación, las autoridades locales, se presentan notables cambios en la configuración del conflicto en el departamento de Nariño, el cual no presenta las mismas características que se tenían antes de la firma del Acuerdo de Paz, entre el Gobierno Nacional y la entonces guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc. Esto en razón a que, en los años del conflicto con la mencionada guerrilla, operaban organizaciones plenamente identificadas con objetivos claros, mientras que en estos momentos, hacen presencia en el departamento de Nariño unos 13 grupos delincuenciales, los que se presentan con diferentes nombres o realizan toda clase de alianzas.
En ese sentido, lo que las comunidades siempre han esperado, es que el Estado ocupe las zonas que dejaron las Farc, luego de la firma del Acuerdo de Paz.
Ahora, con la ocurrencia en las últimas horas de nuevos casos de desplazamiento en el departamento de Nariño, con énfasis en los municipios de la costa pacífica, queda en claro que la violencia sigue aumentando en esas regiones en las moran poblaciones tradicionalmente vulneradas en sus derechos, la cual se ve expuesta a toda clase de padecimientos, como precisamente ocurre en estos momentos, con la ocurrencia de toda clase de hechos de violencia, los cuales son la causa para que se produzcan nuevos desplazamientos.
Al respecto, los alcaldes de los municipios afectados, esperan que los gobiernos departamental y nacional, le hagan frente a una peligrosa situación que desde mediados del año pasado se ha convertido en una constante en los municipios del Pacífico nariñense.