Por: Claudia Zambrano Erazo.
Me imagino que muy pocos de los jóvenes de hoy en día conocerán o abran escuchado hablar del libro: Manual de Urbanidad y Buenas Maneras o conocido popularmente como Manual de Carreño del escritor venezolano, Manuel Antonio Carreño.
Pues resulta que en 1853 a este escritor venezolano se le ocurrió crear esta obra donde prácticamente recuerda o muestra lecciones y consejos sobre cómo deben comportarse las personas en lugares públicos y privados, tales como el hogar, la familia, la escuela y el trabajo, el hecho es que pese a que son normas básicas de urbanidad parece que a muchos se les olvidaron.
¿Increíble? pensé yo, cuando revisaba el texto qué a alguien se le deba enseñar que una personas que llega a un lugar debe saludar y cuando se retira debe despedirse, pero claramente hoy en día a muchos se nos olvidaron lo que los padres llamarían modales y simplemente pasan como ‘perro por su casa’ mostrando la poca educación que al parecer les inculcaron.
“Si bien hoy en día tenemos una de las ciudades más limpias de Colombia, déjenme asegurarles que no es por la cultura de la gente, sino porque hay docenas de ‘escobitas’ que madrugan a barrer las calles y dejar los lugares como nuevos”.
El punto en esta oportunidad es que toda esta ‘cantaleta’ del principio tiene que ver con la poca cultura ciudadana que existe en nuestra hermosa San Juan de Pasto, pues claramente se evidencia que la obra de Carreño quedó en el olvido y en cambio nos encontramos con una sociedad que no protege, cuida, ni busca mejorar la ciudad, claro está que obviamente, no lo digo por todos, pero es frustrante ver como algunos jóvenes, por ejemplo, no son capaces de mantener los parques y zonas verdes limpias y al contrario dejan la basura en el lugar en el que se encuentran sin pensar en la contaminación y mala imagen que esto genera.
Es más, lamentablemente de los nuevos basureros que ubicó la empresa Emas en la avenida Torobajo ya no queda ninguno en buen estado, porque al parecer a los desadaptados les sirvieron más de tulas de boxeo que de recipientes para botar los desechos.
Evidentemente algo malo está pasando en las nuevas generaciones y obviamente esto se debe a la falta de acompañamiento de las generaciones anteriores, claro está, que no podemos juzgar a todos, pero si podemos hacer el llamado para recuperar las normas de urbanidad, para que los niños de hoy en día que serán quienes representen a Nariño y a Pasto aprendan a sentir amor por la ciudad y este territorio que prácticamente les pertenece. Trabajar en conjunto es una de las labores más difíciles que existe pero la única manera de conseguir grandes cosas es uniendo fuerzas y educando desde casa.
De nada nos sirve que en el colegio se inculque una clase de educación ambiental y reciclaje si cuando los chicos llegan a casa no cuentan con las herramientas para continuar sus proyectos, no estoy diciendo que todo está mal, pero si es indispensable que poco a poco vayamos inculcando el sentido de pertenencia, solo así podremos tener una ciudad digna de la gente que tiene, una ciudad que demuestre que somos personas inteligentes llenos de riquezas naturales y culturales que merecen destacarse ante el mundo.

