En época de pandemia muchos niños, niñas y adolescentes sufrieron el encierro mucho más que cualquier otra población, además de la incertidumbre del futuro, el estrés de no poder salir, millares de menores de edad, salieron de entornos protectores, como lo son, en algunos casos, las instituciones educativas.
Los niños y niñas en Colombia, y en el mundo son sujetos especiales de derecho y las normativas nacionales e internacionales, instan a los gobiernos para hacer todo lo posible por protegerlos. Lastimosamente nuestra nación es un lugar donde los menores de edad sufren las consecuencias de la violencia, tanto dentro de los hogares como en el entorno que los rodea.
Hace poco una mujer ahogó a sus dos hijas en un municipio de Nariño, según versiones de habitantes del sector donde vivía la madre y las niñas de uno y siete años de edad, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – Icbf de la zona, sabia de algunos episodios de maltrato que existían en el hogar.
La pregunta es ¿qué pasó? ¿qué tiene que suceder?… para que las instituciones encargadas de proteger a los niños, niñas y adolescentes, actúen con firmeza y cumplan su función de impedir que los menores de edad sean lastimados.
Y si en el hogar ocurren las principales agresiones hacia ellos, en las calles, caminos, sectores rurales, territorios, etc., la situación no cambia, en los últimos días, dos adolescentes de 17 años de edad oriundas del Valle, fueron encontradas asesinadas en el norte del Cauca.
Y la situación no para ahí, problemáticas como el reclutamiento forzado por parte de organizaciones armadas ilegales, el turismo sexual, la desnutrición en la Guajira, la corrupción del Plan de Alimentación Escolar – PAE, que afecta directamente a los niños y jóvenes que tienen la posibilidad de estudiar y la lista de incidencias que tocan a los menores de edad puede continuar. ¿Y entonces?… Los niños donde pueden estar seguros, protegidos, amados, respetados…
Es momento que en Colombia se formulen políticas de salvaguardia hacia la integridad física, psicológica, emocional de nuestros niños, niñas y adolescentes El nuevo gobierno debe tomar acciones verdaderas, para que las instituciones que trabajan por los derechos de los menores de edad hagan un real y verdadero trabajo de protección, creando entornos que favorezcan el normal crecimiento, fortaleciendo las dinámicas sociales que impiden que los niños y jóvenes, no puedan vivir seguros ni en su propio hogar.
Por: Alvaro Moreno Díaz

