Durante los últimos meses he ha vuelto común ver la participación de los equipos femeninos de fútbol en certámenes internacionales, donde han obtenido excelentes resultados teniendo en cuenta el poco apoyo que brindan las autoridades nacionales a la práctica femenina, además de esto estas participaciones han permitido resaltar el talento y la entereza de las mujeres colombianas, considero que esta no es una lucha por demostrar que las mujeres son igual de capaces que los hombres.
Creo que las representantes de Colombia luchan por demostrar que las mujeres necesitan espacios, herramientas y el apoyo necesario para que Colombia continúe desarrollando sus procesos formativos.
Las clasificaciones a los mundiales sub 17, sub 20 y mayores, han demostrado que el talento en Colombia existe, así mismo méritos como los que años atrás han venido demostrando las futbolistas femeninas, como cuando en el año 2018, como cuando con total incredulidad Suramérica miraba al Atlético Huila consagrarse como el primer campeón femenino de un torneo internacional, ganando la Conmebol Libertadores Femenina, haciendo historia tras vencer al poderoso equipo Santos F.C. en territorio brasileño.
Todos estos logros teniendo como base una liga profesional de apenas 6 años de experiencia y la cual además solamente se juega en un lapso de tiempo de aproximadamente 4 meses, situación que ha dificultado de gran manera los procesos formativos y de establecimiento de las futbolistas, situación ante la cual las seleccionadas colombianas, a diferencia de la mayoría de sus rivales en los campeonatos internacionales, quienes llevan procesos de años completos de desarrollo de campeonatos, lo cual conlleva una mayor estabilidad en el ritmo y fogueo, sin embargo teniendo estas condiciones las colombianas continúan destacando y ofreciendo buen fútbol.
Por otra parte, las complicadas situaciones económicas a las que se enfrentan las futbolistas en Colombia, casos en los cuales deben realizar prácticas alternativas para lograr sobrevivir.
No pretendo que se paguen cifras que no son propias del mercado que ofrece el fútbol femenino, sino considero que es necesario que los dirigentes deportivos apoyen e impulsen estos procesos, buscando tener un mayor alcance y que de esta manera el fútbol en Colombia para las mujeres se convierta en una alternativa de vida, potenciando así el talento de las futbolistas.
Por: Felipe González Rodríguez