Deportivo Pasto logró un triunfo justo en el estadio Libertad por 1-0 ante Atlético Bucaramanga, por la sexta fecha de la Liga colombiana, gracias al gol de pena máxima del argentino Mariano Vásquez al minuto 40 del periodo inicial, tras una clara infracción contra Jeison Medina.
El equipo nariñense recobró la seguridad en la parte posterior con Cristian Tovar como central y Mateo Garavito en la punta izquierda, aspecto que se constituyó en el punto de partida para que el equipo se viera con mayor confianza en todos los sectores de la cancha.
El primer tiempo fue muy bueno para el Pasto. Hubo presión a la hora de recuperar el balón, aunque faltó contundencia para haber abierto antes el marcador. La agresividad y claridad de los volantes de primera línea Juan Camilo Roa y César Quintero, así como la movilidad de Jeison Medina y el apoyo en los costados de Garavito por izquierda y Víctor Arboleda por derecha fueron claves para desdibujar a los santandereanos.
«Deportivo Pasto llegó a 10 puntos y es cuarto. El próximo domingo visitará a un herido Deportivo Cali que es último con un solo punto y al cual no se le puede permitir levantarse».
En la etapa complementaria Bucaramanga mejoró, sin embargo, el Pasto tuvo clarísimas ocasiones para aumentar la cuenta con certeros cabezazos de Roa y Tovar en los que el arquero Juan Camilo Chaverra se lució.
Volvió la agresividad con un Tovar impasable, quien junto a Roa, Medina y Garavito fueron los más destacados del juego y quienes sobresalieron en un trabajo colectivo que el técnico Flabio Torres está consolidando, sin ocultar que hay muchas cosas por corregir.
Una observación que debo hacer es con los jugadores que entran desde el banco, quienes deben llegar metidos en el cuento desde que pisan la grama. A Camilo Ayala le miré dos maniobras que no van con su experiencia: En la primera dio ‘papaya’ sujetando a Dayro Moreno en una acción que pudo haber provocado una pena máxima y en la otra devuelve el balón al área chica poniendo en aprieto a sus compañeros. En el caso de José Barragán y Adrián Estacio entraron muy fríos, sin contagiarse de lo que se veía en la cancha.
Un capítulo aparte merece la agresión que sufrió el lateral izquierdo Diego Sánchez por unos aficionados en las afueras del estadio. Es algo ridículo, vulgar y no propio de nuestra afición. Esas cosas absurdas de otras plazas no se las puede copiar, ya que independientemente de los errores que los jugadores cometan, son seres humanos, con familia, a quienes se los debe respetar.
Por: Hernán Insuasti Gonzales (Acord)

