Cada vez que come cuy está apoyando a las 30.000 familias campesinas que viven de su producción y, en particular, está empoderando a las mujeres y sus comunidades asociadas.

Su ‘majestad’ el cuy

A mediados de 2018 la Fuerza Pública le devolvió al municipio de Tangua la seguridad perdida y necesaria para restituir los predios de sus solicitantes –van 82 de 202– y, así, reiniciar una nueva vida productiva en estas tierras.

Es así como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) aterrizó en Nariño en 2018 como ejecutora de los recursos suecos y aliada de la Unidad de Restitución de Tierras de tiempo atrás. Todo arrancó hablando con la gente del territorio. Luego de innumerables reuniones técnicas con la Gobernación y la Alcaldía de Pasto, con las asociaciones cuyícolas existentes y entidades como el Sena, el ICA, la ADR, Agrosavia y las universidades de Nariño y Mariana, fue creada la estrategia Redes Locales de Integración Productiva -Rlip-. Ello derivó, paulatinamente, en una crianza del cuy distinta, con miras a su producción comercial. Hoy, entre Pasto, Ipiales y El Tambo, se estima que existen más de 3 millones de cuyes en Nariño, que representan ingresos anuales de unos $80.000 millones, concentrando a nivel nacional el 95% de la producción, seguido por Cauca, Huila y Putumayo.

 

«Cada vez que come cuy está apoyando a las 30.000 familias campesinas que viven de su producción y, en particular, está empoderando a las mujeres y sus comunidades asociadas».

 

Cambio de patrones

En este tránsito se fueron cambiando los patrones culturales de la región, que lograron transformar esta idea de que el cuy es un animalito doméstico criado por las “señoras de la casa”, y se empezó a ver que los cuyes son rentables. Hoy, con la tecnificación, pueden criar 1.200 y vender hasta 50 mensuales, generándoles a las familias un ingreso promedio de 1.200.000 pesos. Muchas de ellas como Silvia Montilla, antes de iniciar el proyecto productivo, tenían máximo 80 animalitos pero, como van, pronto podrán criar 100 cuyes mensuales para la venta. Así mismo, se está valorando el bajo impacto ambiental que tiene este negocio, una producción que no utiliza insumos agrícolas, el laboreo de los suelos es mínimo y se reutilizan todos los subproductos, estiércol y abono orgánico, en el mejoramiento de los pastos. Finalmente, otro cambio es la valoración del trabajo femenino en el departamento. De las 30.000 familias que derivan su sustento de la producción de cuy en Nariño, 77.5% son mujeres.

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Siguiente paso

Gracias a la campaña Cuy a toda hora, impulsada por la Unidad de Restitución de Tierras, el Gobierno de Suecia, la FAO, Asocamcuya, el Centro de Innovación Cuyícola de Nariño, los asaderos tradicionales, las escuelas de cocina, la Gobernación y la Alcaldía de Pasto, hoy ya hay versiones renovadas del producto que hasta a domicilio llega.

 

Silvia Montilla