En pleno siglo XXI cuando estamos invadidos de tecnología y en la era de los viajes espaciales y avistamientos de naves de otros mundos, los artistas de la plástica estamos en el limbo al no encontrar material para nuestras labores diarias de dibujo y pintura en todas sus dimensiones que abarca este bonito oficio de actividad pictórica que Pasto está lleno de pintores, además de músicos, poetas, escritores, novelistas y moldeadores en papel maché para el Carnaval de Negros y Blancos.
Sin ir tan lejos, Pasto contaba con más de una docena de distribuidores de papel de todas las clases, como les llamábamos las famosas papelerías que ahora no pasan más de cinco, o tres, persisten las distribuidoras de material técnico, pero cuando uno visita estos lugares el papel acuarela ya no se consigue y si lo hay es a un precio astronómico. Lo mismo pasa con los pinceles de buena calidad, como lo eran los de pelos de marta o de camello.
Lo mismo desaparecieron las tintas de colores, los óleos, acuarelas, lápiz pastel, crayolas profesionales.
Toca hacer un gasto doble para traerlos de otras ciudades o de la capital del país. Qué podemos hacer los pintores de brocha gorda donde en una ciudad pequeña y de tantos artistas sin poder plasmar nuestras ideas en papeles y lienzos, pues parece que hasta la famosa tela que servía para empacar nuestra apreciada harina también está perdida.
Los pintores de antaño que cursaron por la antigua facultad de artes con gran admiración contaban que los estudiantes gozaron del beneficio del gobierno de turno que otorgó a los cursantes material de pintura y dibujo. En las bodegas se almacenaron grandes cantidades de papel, pinceles, óleos, témperas y acuarelas, hasta la arcilla en grandes cantidades, todo importado de Europa que llegó a la facultad de la Udenar para ser distribuido en la gran mayoría del alumnado.
Poco después era vendido a los interesados en artes plásticas a cómodos precios que luego desapareció la venta sin dar ninguna explicación, lo mismo pasó en la naciente Universidad de Cesmag donde se podía conseguir muy buena cantidad de material de dibujo, especialmente a los estudiantes de delineantes de arquitectura. Todo eso es historia, los recuerdos de la compra de mi parte del papel francés Guarro el tan anhelado por todos.
Ojalá que los interesados en la nueva facultad de artes, o sea la de Artes Visuales, tengan en cuenta que para salir con el cartón de graduación, ya sea de licenciatura u otra especialización en el arte, deberán tener en cuenta que dicho material ya no se lo consigue en nuestra ciudad. Vendrán otros tiempos que con el nuevo gobierno tendremos otra vez un buen material para hacer nuestras obras de arte.
POR: MIGUEL HERNÁNDEZ

